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La historia de Marcos y el sueño de jugar en Independiente

El chico, de 12 años y fanático de Independiente, es un ejemplo de vida. Se la rebusca como puede y con lo poco que tiene para hacer de todo. Una historia conmovedora para conocer en profundidad.

POR REDACCIÓN

30 de agosto de 2015

En la humilde vivienda de Marcos Salvatierra, ubicada en el partido de Merlo, no hay repisas lujosas, ni objetos de precio elevados, y mucho menos hay tecnología de alta gama. En el medio de esas maderas y chapas hay esfuerzo y sacrificio. Pero no solamente por parte de él, que con sus cortos 12 años se toma, dos veces por semana, el tren y el colectivo que lo conducen a Avellaneda, donde juega en las infantiles de Independiente, sino también de su mamá, quien para ver la sonrisa intacta de su hijo, limpia por pocas monedas los baños del tren en Flores. Si bien le agradecen a un vecino que les cedió terrenos para que se construyan una precaria casa.

Y vale la pena señalarlo, Marquitos va a la escuela y es un alumno excelente.

Son pocas las monedas que Patricia consigue en Flores, donde trabaja limpiando los baños de la estación del tren Sarmiento. Pero ese poco alcanza para llegar a su casa y transformarle la cara a su hijo, quien depende de eso para poder tomarse el tren de Merlo a Once y allí combinar con el colectivo que lo deja en Avellaneda, donde entrena en las infantiles de Independiente.

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Por otra parte, quien colabora con Marcos y Patricia, es Enrique Martín Axalan, un joven solidario que busca una mejoría para madre e hijo. “Sabemos que la sociedad argentina no mira para otro lado cuando se trata de ayudar. Por eso recurrimos a ellos. Tanto Marcos como Patricia se merecen vivir de manera más digna. Esperemos que se cumpla”, sentenció.

Fuente: Diario Crónica

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