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Provinciales

Menor agredida: la mamá contó de su regreso a clases

Viviana Sansó utilizó su perfil de facebook para contar como fue el regreso y de paso agradecer el apoyo recibido al padre Walter, quien se encargó de contener a la menor agredida en Santa Lucía.

POR REDACCIÓN

24 de julio de 2014

La mamá de la joven agredida en una fiesta de Santa Lucía, Viviana Sansó, contó en su perfil de facebook como fue el regreso de su hija al colegio tras las aberraciones que sufrió por otros pares. La mujer aprovechó además para agradecer a uno de los curas que los contuvo durante el transe.

Sansó escribió en su cuenta social lo siguiente: “Hoy Caro fue al colegio, al que asiste desde jardín de infantes. Volvió como una alumna más, con sus compañeros, con sus docentes y otras personas de ese ámbito que le dan su afecto.

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Pero hoy también con profunda tristeza nos enteramos de que una de las personas que más se involucró, preocupó y ocupó de nuestra hija, el Padre Walter parte hacia otro destino.

En lo personal, nos afecta a nosotros como familia, además de brindarnos el apoyo espiritual que aflora desde su tarea pastoral, intervino inmediatamente con acciones concretas desde el propio colegio.

Propició la reflexión entre sus compañeros a quienes los trajo una mañana a merendar en compañía de algunos directivos escolares. En otra oportunidad, organizó una comida en casa de una compañera de curso de la que Caro vino contenta. Siempre atento y presente.

Nunca dejó de lado el tema en sus misas, por Carolina y por toda la comunidad a la que convoca de manera extraordinaria, especialmente a los más jóvenes.

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Un hombre nada tibio, muy comprometido y valiente. Un auténtico franciscano, simple, sencillo pero con firmes convicciones y muy dispuesto a producir un cambio de algunos valores que inexorablemente necesita nuestra sociedad.

Qué pena querido Walter, por tu compromiso con nuestra familia y también con todas las familias que son parte de la comunidad, a la que te entregaste sin protagonismos, trabajando con amor y enseñándonos la Palabra con tu ejemplo. Cuánta tristeza nos deja tu partida…

Así como necesitaba expresar mi reconocimiento a este gran ser humano que Dios puso en nuestro camino en este difícil momento, quiero agradecer también el apoyo de tanta gente amiga, conocida y también desconocida que nos manifestó su cariño, que nos alentó a seguir con fuerza y que además se comprometió con acciones en el mismo camino hacia la verdad. Afortunadamente, hay muchas personas valientes y de buen corazón que nos siguen acompañando.

Comprendo que el silencio muchas veces provoca incertidumbre y desconcierto, sobre todo para aquellas personas que sin conocernos, se sintieron conmovidas con lo ocurrido a mi hija.

Cada uno reacciona en la medida que lo siente, con la emoción, con el corazón y con la mente.

Preservar a nuestra hija ante tanta exposición ha sido y seguirá siendo la prioridad frente a cualquier análisis que se pretenda hacer. Actuando con la prudencia y el asesoramiento necesario. Y respetando sin vacilar, un procedimiento propio de un sistema imperfecto que a veces se juzga desde otro lugar, sin tener en cuenta que cualquier acción desmedida puede profundizar las heridas y el daño de la persona afectada y de todo su entorno familiar.

Por eso también agradezco el respeto hacia nuestro silencio que no es otra cosa que hacia nuestro dolor.

Como dice Francisco, repito… “nadie emprende una batalla si se siente de antemano derrotado”.

En nombre de mi familia, GRACIAS !!

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