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Provinciales > Historia de superación

El conmovedor caso de María Emilia en busca de una pierna ortopédica

La joven de 26 años que sufrió la amputación de una extremidad por cáncer de hueso cuando tenía 11 años pide ayuda por Facebook. Actualmente, Correa, trabaja y es madre.

POR REDACCIÓN

20 de septiembre de 2017

María Emilia Correa es una joven mamá de 26 años que sufrió cáncer de hueso cuando sólo tenía 11 años. Por esa enfermedad le tuvieron que cortar una pierna. Este hecho no fue un impedimento para que esta chica pudiera seguir adelante, ya que actualmente trabaja, se encarga de su hogar y es madre.

La increíble historia de superación que publicó Emilia en una página de Facebook llamada “Una Pierna Para María Emilia” hizo que todos los sanjuaninos se solidaricen y compartan la publicación.

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ALGUNOS TEXTUALES DE LA PUBLICACIÓN

“Me acuerdo patente el día que corría con mi hermana y me frene porque me empezó a doler la pierna, era un dolor muy raro, como si me hubiera golpeado”.

“Esa misma noche vimos a un doctor amigo de mi papá, no me dejo bajarme del auto; observaba como hablaban, la cara de preocupados y yo sin entender nada, solo había visto un hueso “hinchado”.
Volvimos a la casa, mi papá hablando como loco por teléfono, con uno, con otro y yo… mirándolo pasar. No me querían contar nada. Hasta qué finalmente me dice… Hija vas a conocer Buenos Aires! Yo cómo niño inocente y feliz pensaba voy a conocer el Parque de La Costa!
Si,me dijo, pero antes de eso tenemos que ir a una consulta médica al hospital Garraham”.

“Me hicieron estudios, biopsia, y me diagnosticaron un tumor óseo en el fémur. Los médicos se acercaron a charlar conmigo, me explicaron que me iban a iniciar un tratamiento con quimioterapia y que después me iban a operar la pierna, me querían poner 8 clavos con un tutor externo extrayendo el tumor y extendiendo con ese tutor mi propio hueso sano.
Ese tiempo vi a mi papá preocupado, frustrado, enojado, por que no conseguía esos clavos y no tenía la plata para comprarlos, al ser importados eran caros y el dr. Insistía que por mi edad no podía ponerme otros”.

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“Diría que las químios son algo que no me gustaría volver a vivir, fue una experiencia muy fea, 3 días internada cada 20 días, quedarme pelada de una semana a la otra fue bastante duro, fiebre todo el tiempo, sólo por andar sin barbijo, vómitos, pinchazos hasta 3 veces por día para ver como estaba, fisuras en las venas por lo fuerte que eran las drogas que me aplicaban”.

“Otra vez se vienen a mi cabeza todas esas caras de preocupación, notaba que algo no andaba bien. Y si, era eso… Vienen todos a hablar conmigo otra vez y me comunican que había fracasado ese tratamiento y que ya la pierna no se podía salvar. Recuerdo días del niño. navidades, cumpleaños, años nuevos, mirando por un balcón en bs as. Mi papa siempre preocupado”.

“Recuerdo el día que me desperté después de la operación, me sentía más liviana, no me quería ni mirar por miedo a no gustarme. Y mi papa, mirándome, esperando mi reacción. Lo mire, me reí, me toque el muñón y me volví a dormir”.

“Entiendo que las personas que gozan de buena salud no saben o imaginan mi realidad.
Se levantan todos los días caminando sin inconvenientes, se agachan, se visten, cargan cosas con las manos, aceleran el paso si están apurados, corren si lo desean, suben bajan, bailan… Las mamás como yo, si sus hijos se quedan dormidos los alzan sin problema los llevan a sus camas, si se caen y lloran los alzan y consuelan, llevan el carrito del super sin problema, y así infinidad de situaciones de la vida cotidiana que ni siquiera lo notan”.

“En mi caso, noto todo eso e intento imitarlo desplazándome con muletas.
Cocino parada varias horas, preparo budines para vender, salgo a ofrecerlos en las tardes con una bandeja en la mano llevando las muletas con las axilas, junto a mi hija que me agarra de la muleta para acompañarme, me levanto todas las mañanas para trabajar, atiendo a mi hija, cuido y mantengo mi hogar (tiendo camas, lavo ropa como cualquier persona a cargo de una casa y de una hija)”.

“Tengo todas las ganas de seguir y de tener una vida plena, pero lamentablemente mi cuerpo hoy con 26 años me esta abandonando”.

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