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Un libro refleja la vida de José Nehin, el único sanjuanino que jugó un mundial

El jugador de Desamparados llegó a ser el capitán de este seleccionado, luego se retiró del fútbol convencido de que ya había llegado a la cima de su carrera.

POR REDACCIÓN

21 de mayo de 2018

La vida deportiva de José Eduardo Nehín, el único futbolista sanjuanino que jugó un mundial con la Selección Nacional forma parte de un libro que se presenta este lunes en Buenos Aires. Se trata del libro “Héroes Mundialistas del interior profundo”, escrito por el periodista Adrián De Benedictis, en donde se destaca a los jugadores del interior del país que dejaron su huella en el Selecciona Nacional.

A continuación un extracto del texto publicado por De Benedictis:

“Desamparados fue creado por un grupo de jóvenes que se dedicaban a estudiar enología en una escuela, el 10 de septiembre de 1919, en la intersección de las calles Ceferino y Nicolás Medina. A la institución se la conoce con el nombre de Los Puyutanos, debido a su cercanía con la Bodega Puyuta. Otro apodo que se le puso fue Los Víboras, surgido en los regionales de la década del ‘60, por su camiseta con rayas horizontales verdes y blancas. También fue llamado El orgullo de San Juan por su cantidad de participaciones en los viejos torneos nacionales de Primera de la AFA, que jugó en 1969, 1972, 1973 y 1974.

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Mucho antes de esos certámenes en los que alternó con los “grandes” del fútbol argentino, de Desamparados surgió la figura de José Eduardo Nehín, el único sanjuanino que participó en un Mundial. El half derecho fue el capitán del seleccionado argentino que jugó el campeonato de 1934, en Italia, con una producción muy pobre ya que fue derrotado 3-2 en el único encuentro que disputó, frente a Suecia.

El equipo que jugó ese Mundial estuvo conformado por varios futbolistas del interior del país. Chacareros, les decían. Ello ocurrió debido a que Argentina se presentó con un plantel formado sólo por jugadores de la Asociación en la que, en 1931, habían quedado los clubes menos poderosos de la Capital y el Gran Buenos Aires, que además tenía como afiliadas a la mayoría de las ligas provinciales.

La poderosa Liga Argentina en la que estaban los “grandes” no cedió a sus figuras ya que, preocupados más por recuperar el dinero invertido para contratarlas que por el desempeño del seleccionado, sus dirigentes prefirieron mantenerlas durante los tres meses que hubieran tenido que estar ausentes, en una época en que los viajes a Europa se hacían en barco.

El equipo que representó al fútbol argentino en aquella Copa del Mundo formó con Héctor Freschi; Juan Pedevilla, Ernesto Belis; José Nehín, Costantino Urbieta Sosa, Arcadio López; Francisco Rúa, Federico Wilde, Alfredo De Vicenzi, Alberto Galateo, Roberto Irañeta. Argentina estuvo al frente dos veces en el partido ante los suecos: iba ganando 1-0, con gol de Belis de tiro libre, y luego 2-1, con tanto de Galateo.

Sin embargo, la mayor experiencia de los suecos y algunos desaciertos del arquero Héctor Freschi hicieron que los europeos pudieran dar vuelta el resultado y ganar 3-2. Ese día Nehín terminó siendo el capitán, debido a que el encargado de llevar la cinta, De Vicenzi, protagonizó un acto de indisciplina (N de la R se fue de la concentración y viajó ver a sus familiares en Italia) y le fue quitada la capitanía. Como Nehín era el subcapitán, fue el que lució el brazalete.

Cuando regresó del Mundial, Nehín tuvo varias ofertas para incorporarse a clubes importantes de Buenos Aires, pero él eligió volver a San Juan y retirarse de la actividad cuando todavía no había cumplido los 30 años. El hombre estaba convencido que había alcanzado el máximo potencial de su carrera al vestir la camiseta de la Selección, con la capitanía incluída, y en una Copa del Mundo. Nehín nació en el barrio Desamparados, en 1905, y en 1923 debutó con la camiseta de Sportivo. En el club jugó junto a sus hermanos menores: Nahún, delantero derecho; y Pablo, el más chico, apodado Pito, centrodelantero, quien tenía mucha habilidad y potencia goleadora. José no sólo se destacó en Desamparados; además, fue el símbolo del seleccionado sanjuanino que se consagró subcampeón del Campeonato Argentino de 1931, detrás del de Bolívar.

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El sanjuanino que acaso más cerca estuvo de igualar la marca de Nehín en un Mundial fue el delantero Oscar Fornari, quien jugó las eliminatorias mundialistas en 1973 con el denominado Equipo Fantasma, que se preparó para presentarse en la altura de La Paz ante Bolivia, entrenándose en Tilcara (Jujuy) durante más de un mes. Incluso marcó el gol para el 1-0 que significó el primer triunfo de Argentina en ese país. Pero para el Mundial de 1974 no fue convocado por el entrenador Vladislao Cap.

José Eduardo Nehín murió trágicamente en 1957. Se electrocutó en su casa un 16 de diciembre. Con él se fue un ídolo de los sanjuaninos, que por siempre recordarán haber tenido al gran capitán de aquella Selección mundialista de 1934.


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