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Provinciales > En sus palabras

Los Derechos del Niño, explicados por los más pequeños

El Día del Niño pareciera ser una celebración vacía y netamente comercial. Lo cierto es que tiene una función clara: reflexionar sobre la situación de los derechos del niño en cada uno de los países.

POR REDACCIÓN

18 de agosto de 2018

El 14 de diciembre de 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas, recomendó a través de la resolución 836 (IX) que se instituyera un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebraran ese día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente. Es así como en la Argentina, se fijó el tercer domingo de agosto como la fecha en la que se reflexiona sobre los Derechos del Niño y la situación de los infantes en el país.

Lamentablemente, dicha celebración tomó un tinte netamente material y, cualquiera que haya circulado por las zonas comerciales en los últimos días, se habrá dado cuenta de ello. A continuación, un grupo de chicos sanjuaninos de entre 2 y 12 años explican a los mayores cuáles son sus más profundos deseos para este Día del Niño y, sorprendentemente, no hay juguetes en la lista.

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Derecho a tener una familia: Para el pleno desarrollo de su personalidad, el niño necesita comprensión y cariño. También precisan crecer bajo la responsabilidad y tutela de sus padres, en un ambiente de afecto, seguridad moral y material.  Cristobal Fuentes, de 11 años, fue el encargado de explicar este importante derecho que tienen los chicos y aseguró “me pone muy triste ver a niños que no tienen familia y están solos en la calle”.

Derecho a una vivienda digna: Todos los niños tienen el derecho a tener una casa donde protegerse de las inclemencias climáticas y habitar al resguardo junto a sus familias. Además de ser una vivienda, es importante que los dentro de los fríos ladrillos se construya un hogar en el que el niño pueda contar con la contención, amistad, amor y tolerancia de quienes lo cuidan.

Joaquín Llanos fue quien comentó a Diario Huarpe sobre este punto, y aunque es muy chiquito para dar mayores explicaciones, su mamá, Ana Laura Sánchez, comentó de qué manera, a pesas de sus horarios laborales, construyen un hogar en familia: “le damos mucha importancia al compartir la cena juntos y conversar sobre como estuvo nuestro día… Le damos mucha importancia a la expresión de afecto, no hay día que no les digamos que los amamos”.

Derecho a la educación: Esta necesidad se reconoce explícitamente en la Declaración de los Derechos del niño. Todos los menores tienen derecho a una educación, independientemente del sexo, religión, nacionalidad y cualquier otra condición. Es importante destacar que el Estado es quien debe garantizarla.

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Paulina fue la encargada de hablar sobre este derecho. Ella tiene 5 años y va al jardín. Es muy buena alumna, aplicada y, sobre todo, muy cariñosa con todos los que la rodean.

Derecho a la igualdad: Es el primero en ser considerado dentro de la Declaración Universal de Derechos del niño. Según este punto, todos los chicos deben ser tratados con igualdad, sin distinción de raza, religión, nacionalidad u otras circunstancias.

Derecho a la identidad: Desde su nacimiento, el niño tiene derecho a tener un nombre y un apellido. Esta acción supone el reconocimiento inmediato por parte del Estado de la existencia del niño, y la formalización de su nacimiento ante la ley. Además, su registro permitirá al niño preservar sus orígenes, es decir, las relaciones de parentesco que lo unen a sus padres biológicos.

Juan Ignacio, de 11 años, fue quien explicó muy bien este derecho. A él le dicen Juani, nació en San Juan y vivió algunos años de su vida en La Rioja junto a sus papás y sus hermanos. Ahora está feliz de haber vuelto a su provincia natal y poder compartir más tiempo con sus abuelos y primos.

Derecho a la libre expresión: En sus artículos 12 y 13, la Convención de los Derechos del Niño reconoce el derecho a expresar su opinión y a la libertad de expresión. En este sentido, es importante considerar que el hecho de ser niños, no resta valor a sus pareceres y los adultos deben consultarlos sobre las situaciones que les afecten.

Astrid, de 8 años, comentó sobre esta importante necesidad que tienen los chicos. Ella se expresa con mucha soltura, es una niña desenvuelta y, como ella misma afirma, sueña con ser artista en un futuro. Ama bailar, cantar y actuar y, para este Día del Niño, pidió a sus papás que le regalen un micrófono… ¡imposible no escucharla!

Derecho a jugar: En este apartado, se reconoce concretamente “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Además de divertirse, el juego permite el desarrollo de distintas capacidades cerebrales y emocionales.

Verónica Carrizo, de 5 años, fue quien explicó este derecho. Ella comentó que le encanta jugar con muñecas y hacerles diferentes peinados, además de divertirse haciendo luchas con su hermano, Santiago.

Derecho a no trabajar: La Convención de los Derechos del Niño dice: “El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata y no deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada”.

Felipe Fuentes tiene 2 años y fue quien explicó este punto que, lamentablemente, poco se cumple en el país. Es pequeño pero tiene este artículo tan claro que lo exige firmemente. Su mamá relató que ante una penitencia por la que debía limpiar un enchastre que había producido, él no dudó en negarse y afirmar: “soy muy chiquito para limpiar”.

Derecho a la salud: Es uno de los derechos fundamentales a los que debería acceder cualquier niño. Los menores deben gozar de los beneficios de la seguridad social, y tener derecho a crecer y desarrollarse en buena salud. Con este fin, deben proporcionarse, tanto a los niños como a sus madres, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal.

Lola Ferreyra tiene 4 años y fue la encargada de embanderar este derecho primordial de todos los niños del mundo. Ella tiene Síndrome de Down y, desde pequeña, asiste a un gran número de especialistas gracias a los cuales ha podido desarrollarse como cualquier otro niño de su edad. Va al jardín, tiene amigos y una gran personalidad, que impone cada vez que no está de acuerdo con algo.

Estos son sus derechos. La responsabilidad de todos los adultos es garantizar que se cumplan y brindarles un entorno sano y feliz para su correcto desarrollo.

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