Provinciales > Historia de superación
Mauro Castro, el joven que se animó a luchar por sus sueños
POR REDACCIÓN
Hace 12 años Mauro Castro era un joven con una vida llena de alegría, diversión y proyectos, hasta que una enfermedad que el mismo desconocía lo dejó en silla de ruedas. Lejos de quedarse sentado a ver pasar la vida, este pibe se dedicó a cumplir sus sueños. Hizo la secundaria, se mudó a Córdoba para estudiar Abogacía y comenzó a practicar rugby adaptado. Entrenó duro y llegó a formar parte de Los Dogos, la Selección Nacional de esta especialidad.
Los Dogos concedieron una entrevista a Diario La Voz de Córdoba allí contaron sus proyectos y el orgullo que siente el grupo de tener a “El Negro”, como todos le dicen a Mauro.
El sanjuanino contó que hace 12 años tuvo “una especie de infarto medular relacionado a una malformación de nacimiento” y esto lo dejó en silla de ruedas.
Mauro lleva el balón durante uno de sus entrenamientos.
Luego continuó explicando cómo el deporte le cambió la vida. “El deporte adaptado en general para una persona con discapacidad tiene una incidencia íntegra en su calidad de vida”, aseguró, este referente de los Dogos.
Mauro agregó que entrenan tres veces por semana, pero que, si por algún motivo no pueden entrenar él se sientre ansioso. “Cuando no entrenamos por algún motivo me empieza a doler la espalda, doy vueltas por casa sin sentido y me gana la ansiedad”, comentó.
Sobre su forma de juego, todos aseguran que El “Negro” es el jugador “distinto” y aseguran que él sabe que es el mejor de todos, hasta bromean con que quiere ser una “estrella”.
En medio de las bromas por su supuesto “estrellato” el joven asegura: “Acá nadie es mejor que nadie. Todos somos iguales porque hemos sido capaces de darnos la oportunidad de practicar este deporte, que nos permite superarnos a diario y seguir soñando”, concluye.
Qué es el Quad Rugby o Ragby adaptado
El quad rugby es un deporte en silla de ruedas concebido para cuadripléjicos. Es decir, para personas que sufren parálisis total o parcial de brazos y piernas.
Lo inventaron en 1979 un profesor y dos alumnos con discapacidad motriz de la Universidad de Manitoba, Canadá; lo denominaron murderball (balón asesino) debido a la naturaleza agresiva de la propuesta.
Llegó a la Argentina alrededor de 2000 y en septiembre de 2012 arribó a Córdoba.
Se juega con una pelota de vóley, cada jugador puede potar el balón por un máximo de 10 segundos; la silla de ruedas es más robusta que las convencionales. El gol se marca cuando un jugador ofensivo pasa la línea que se considera de gol, siempre cuando lo haga entre dos conos ubicados a una determinanada distancia.