Publicidad

Provinciales > Ejemplar

Terminó la escuela con honores a los 61 y se convirtió en un ejemplo de inspiración

Clara Buenanueva, es una mujer a la que su discapacidad no le impidió nada en la vida. Pudo terminar la primaria que era su sueño y realiza artesanías en los talleres de discapacidad.

POR REDACCIÓN

26 de abril de 2018

Clara Buenanueva es una mujer que siempre luchó por cumplir sus sueños y a la que su discapacidad no le significó un obstáculo en la vida sino una manera de enfrentar las cosas.

La mujer anhelaba aprender a leer ya que solo podía deletrear, así que, a los 57 años de edad se inscribió decidida en una escuela de Pocito. De lunes a viernes asistió al establecimiento al que tanto cariño le tomó, al igual que a sus profesoras, a las que recuerda con una sonrisa en el rostro.

Publicidad

En diálogo con DIARIO HUARPE, contó su historia: “Yo hace 4 años atrás necesitaba saber leer bien porque iba deletreando y quería aprender a escribir pero nunca tuve la posibilidad de poder hacerlo. Cuando me cambie a Pocito fui a la escuela a preguntar si me podían recibir y me dijeron que sí. Me pusieron en el primer ciclo, terminé los 4 años de la primaria el año pasado. Le doy gracias a Dios porque pude ser del cuerpo de bandera, fui la abanderada el año pasado de adultos”, expresó orgullosa de su logro. Asistía en el horario nocturno, de 19 a 22 ya que “ya que ahí van mayores y personas con discapacidad”.

En cuanto a su experiencia en la institución, Clara sostuvo que fue muy enriquecedora y con mucho “calor humano”. A pesar de que en un comienzo la miraron raro por su edad, ella no bajó los brazos y continuó asistiendo. Luego, se volvió una de las alumnas y compañeras más queridas del lugar. Tal es así que, a pesar de haber terminado la primaria, sus compañeros la siguen llamando frecuentemente para saber cómo se encuentra.

“Cuando yo llegué a la escuela y dije ´buenas noches` me miraron todos los chicos como preguntando, ¿qué vendrá a hacer la abuela acá a la escuela? Entonces les dice la maestra, Juanita, porque así me conocen allá, `va a integrar el grupo, denle un lugar para que ella se siente porque viene a aprender` y me miraban y se sonreían porque son chicos jóvenes”, cuenta con una sonrisa en el rostro. Agrega: “Sigo en contacto con todos, me llaman por teléfono, me preguntan si voy a la escuela, que cómo ando y ahora que voy a artes industriales todos los chicos andan detrás de mí preguntándome. Es muy lindo el calor humano, que es lo que vale”.

Cuando se graduó de la primaria, con honores, no quiso quedarse de brazos cruzados y pronto siguió con una nueva iniciativa, los talleres de discapacidad. Ella manifiesta que “pintamos en tela, en macetas, también las transformamos, hacemos atrapa sueños, mantelería”, dice sobre el trabajo que realiza con amor y dedicación.

Pero no es lo único que hace, la radio y la religión forman parte de sus pasiones y supo combinar ambas ya que conduce un programa en radio Antártida. “Estamos los martes en la 94.1 a partir de las siete de la tarde, hacemos el programa “Buenas nuevas de Jesús”. Ahí también tengo experiencias muy lindas porque que nunca jamás me pensé estar de locutora y ya llevo 3 años”.

Sin duda, Clara Buenanueva es un claro ejemplo de perseverancia que demuestra que nada, ni siquiera una discapacidad, puede impedir que los sueños se cumplan, solo hay que luchar por ellos. A todas esas personas que sienten dificultades en algunas situaciones, Clara les dedicó un mensaje: “No se frenen porque es importante poder levantarse todos los días y poder hacer algo, se siente uno muy orgullosa de poder hacer algo. Busquen porque hay puertas abiertas, busquen lugares en los que los incluyen porque hay. Es importante que busque un para que se dediquen a hacer algo. Yo digo así, tengan las manos o no tengan, si quieren, Dios los va a ayudar”, finalizó emocionada.

Esfuerzo reconocido

En la mañana del jueves, su historia de vida y la labor que realiza a diario fue reconocida por las autoridades de Desarrollo Humano. Allí, en medio de un desayuno la sorprendieron con grande ramo de flores y algo que iluminó su cara: pinturas, pinceles y lanas. Estos elementos ella los utiliza a diario en el taller que realiza, que pertenece al programa Incluirte. Algunos tienen un alto costo por lo que Clara junta dinero de a poco para poder obtenerlos.

Publicidad

Cuando vio el regalo sus ojos se llenaron de lágrimas de emoción. Observó todo y luego comenzó a agradecer: “Gracias, gracias a todos, no me esperaba esto”, dijo emocionada.

Finalmente, dio un mensaje esperanzador al decir que “cuando se pone voluntad y se tiene ganas, se puede”. Y sin duda, en su historia de vida se puede comprobar esa frase ya que a pesar de todos los obstáculos que tuvo, siempre siguió adelante con la sonrisa en el rostro.

    Publicidad
    Más Leídas
    Más Leídas
    Publicidad

    ÚLTIMAS NOTICIAS