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Provinciales > Asentamiento La Paz

Vivir al margen del sistema

Alrededor de 180 familias viven en difíciles condiciones, sin servicios básicos, pasando hambre y a metros de un basural. Algunos vecinos le contaron a Diario Huarpe sus testimonios.

POR REDACCIÓN

06 de marzo de 2018

“Vivir en el asentamiento La Paz es sobrevivir, muchas veces tuve la intención de irme, de dejar todo, pero lamentablemente no tengo donde ir”, contó Yoana con lágrimas en los ojos.

Yoana junto a más de 180 familias residen desde hace ocho meses en el asentamiento La Paz, ubicado en la calle Pellegrini y 5, a pocos metros del Parque Tecnológico Ambiental (planta de residuos).

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“Cuando llegué a la villa no había nadie, solo estábamos dos vecinos. Era todo campo y espinas. Nos quedamos a limpiar los lotes. No había comida, agua, teníamos que ir a la calle 5 y Pellegrini a buscar agua. No teníamos baño. Al tiempo se sumaron más vecinos”, contó Yoana sobre los primero meses en La Paz.

Diario Huarpe llegó hasta el asentimiento para conocer en profundidad cómo viven las familias que sólo tiene un sueño en común: tener un techo digno.

“Pedimos una vivienda. Nuestra realidad no es muy buena. Nuestras casas son de naylon y de adobe. Estamos dispuestos a pagar porque hay gente de trabajo. Hoy no se puede alquilar, hay mucha gente que ha tomado esta decisión porque o comes o mandas a los chicos a la escuela”, expresó Estela, que también reside en La Paz.

Como todo asentamiento, las familias pasan carencias, viven a diario en condiciones difíciles y sin servicio básicos. En este sentido, Estela explicó: “Vivimos en naylon, estamos llenos de barro, no se puede vivir, pero lamentablemente no tenemos otra alternativa”

“Para tener agua tenemos que ir a los surtidores que hay en la calle 5. A la luz estamos enganchados. No hay baños y además, estamos arriba de un basural y tenemos que estar quemando la basura”, agregó.

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Los inconvenientes de salud son moneda corriente para las familias. Problemas gastrointestinales, infecciones por lastimaduras también picaduras de alacranes, víboras y arañas. “Una nena se pinchó con una espina y se le infestó. Hay mucha gente grande y bebés que también están enfermos de gastroenteritis, hasta un nene de cuatro meses falleció”, contó Estela.

Otro problema que afrontan cotidianamente es el alimento. “Hay muchas familias que no tienen para comer entonces entre los vecinos ponemos un poquito cada uno y hacemos una olla popular. Lo bueno es que somos muy unidos, nos ponemos de acuerdo”, resaltó Estela.

“Con mi propia plata, mucha veces compré verdura y carne, hacía una olla popular porque a veces los vecinos no tenían para tomar un mate. No tenemos cocina y garrafa, cocinamos con fuego”, agregó Yoana.

A pesar de esta dura realidad que vive hace ocho meses en el asentamiento La Paz, las familias están esperanzadas y quieren una pronta solución habitacional. Todos los vecinos coinciden que su futuro es tener una casa.

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