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Lucía Caram, la monja argentina que incomoda al poder en España

Nació en Tucumán, pero hace 19 años vive en Cataluña, está a favor del uso del preservativo y la defensa de los derechos de los gays.

POR REDACCIÓN

12 de abril de 2014

Sor Lucía Caram es una religiosa tucumana que migró hacia españa a mediados de la década de los 90. Hoy revoluciona Cataluña con su estilo poco habitual para una monja de clausura. Le da de comer a 4.500 personas, utiliza las redes sociales y va a ser la protagonista de un programa de cocina en la TV.

La llaman “la monja cojonera”, y bien sabe por qué: “Parece que toco los cojones (testículos) cuando hablo. Es que cuando trabajas con gente que está en exclusión social, y ves lo que está pasando, tienes un compromiso con la verdad. A veces uno denuncia cosas, y eso resulta incómodo”.
Hace días pidió la renuncia del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, luego de que cuestionara las cifras de la pobreza que elaboró Cáritas España. “Montoro elaboró las estadísticas contando al tanto por ciento, y los que trabajamos con los más pobres las hacemos contando personas -explica Caram-. Yo no sé dónde vive el ministro, que, en vez de arrodillarse y dar gracias al trabajo que están haciendo Cáritas y tantas instituciones humanitarias en España, es capaz de descalificar tan fácilmente”.
Autora de dos libros, (Mi claustro es el mundo y A Dios rogando) Sor Caram es una monja contemplativa que dedica su vida caustral a la oración y el trabajo comunitario. Promovió el Grupo de diálogo interreligioso de Manresa, el proyecto Mosaic de salud mental y la Fundación Oriol, en Cataluña.
“Estamos ayudando a 1600 familias, que son unas 4500 personas, a través de nuestro banco de alimentos, también damos albergue a 17 personas sin hogar, creamos una empresa de inserción para trabajar en huertos ecológicos, un taller de costura y haremos una cooperativa de trabajo asociado a ello”, contó la religiosa en una entrevista con el diario Perfil.  
Caram despertó una gran polémica al interior de la Iglesia Católica española porque, al contrario de lo que dicta el Vaticano, apoya el uso de preservativos porque está en contra del aborto, aunque no de la libertad de elegir. “La Iglesia no debe meterse en la decisión de una mujer de abortar; ni siquiera Dios, que por algo nos hizo libres”, sostiene.
Coincide con los recientes dichos del Papa Francisco, quien hace poco sostuvo que no es nadie para juzgar a las personas por su elección sexual. Pero Caram va más allá: “La orientación sexual no es un pecado ni una desorientación de la naturaleza”, dice.
Incluso se anima a “bendecir” el matrimonio gay. “Yo siempre me pregunto qué haría Jesús, y Él siempre bendecía. Nunca maldecía. El matrimonio y el amor siempre es bendecido. Que institucionalmente se nieguen a elevarlo a la categoría de sacramento es otra cosa. Pasarán muchos años para eso. Yo no me siento capaz para condenar a nadie. Estamos llamados a bendecir cualquier tipo de amor. El que no bendice, maldice. Y eso es pecado”.
Celebra la llegada de Jorge Bergoglio como autoridad máxima de la Iglesia que sin embargo se anima a contradecir. Y opina:  “El Papa es un tsunami de normalidad dentro del Vaticano, habla con lenguaje humano. Es una persona coherente, por eso la gente lo escucha. Ha simplificado las liturgias pomposas que había en el Vaticano; ha nombrado una comisión de investigación en el Banco Vaticano para los casos de corrupción. No sólo es muy consciente de que hay que ser austeros, sino que, además, hay que dar esa imagen”.
Como buena catalana por adopción, esta monja nacida en Tucumán es hincha “a muerte” del Barcelona, pero siente rechazo por el gran aporte a la desigualdad que genera el fútbol. “Al Barça lo llevo en el ADN, pero tengo un cabreo increíble con las cifras pornográficas que mueve el negocio del fútbol, con esos sueldo inmorales”, denuncia.
A pesar de vivir desde hace 19 años enclaustrada en España, Lucía Caram no se priva de opinar sobre la situación política y social que atraviesa nuestro país. “Argentina padece a generaciones tras generaciones de políticos corruptos. La corrupción allí es endémica. Yo soy una gran crítica del gobierno de Cristina Kirchner. Creo que es una persona muy inteligente, que ha sabido poner a personas clave en puestos políticos, que sabe manejar muy bien a los punteros, pero, desgraciadamente el modelo de Cristina es el modelo de Hugo Chávez, de Fidel Castro.
Caram sorprende también por su manejo de la red social Twitter. En el perfil de su cuenta,@sorluciacaram, se define a sí misma: “Dominica contemplativa. Dicen que soy una monja inquieta e inquietante. Intento ser feliz y hacer felices a los demás”. Tiene más de 85 mil seguidores y escribió 7800 tuits.
El diario La opinión de Málaga le preguntó si Cristo usaría Twitter, y su respuesta también fue sorprendente. “Yo creo que fue el primer tuitero. El Evangelio está compuesto por frases cortas que entran perfectamente en un tuit. Es muy revelador. Cristo ya dijo que nada quedaría oculto, que todas las verdades se gritarán en los tejados. Y efectivamente, vivimos unos tiempos en los que nada queda oculto. Las redes y los medios de comunicación hacen que necesariamente tengamos que ser transparentes. Y eso es bueno. Jesús también fue un adelantado a su tiempo en este caso.
Fuente: Infobae
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