En Calingasta también denuncian que las casas del IPV se entregan a dedo

A la infinidad de denuncias y protestas que rondan en torno a la entrega de viviendas del IPV, ahora se suman los calingastinos. “En este departamento es una vergüenza”, dijo don Hugo Gómez. “Acá hay gente muy necesitada pero en las casas están los amigos de los funcionarios del gobierno municipal”, agregó.

El discurso se repite en la mayoría de las familias de los sectores carenciados del departamento. Todos literalmente expresan “que en Calingasta no hay sorteo y que las casas se entregan a dedo”, y como dice María, una mama de cinco chiquitos que residen en la zona de La Isla, “si la entrega de viviendas fuera justa, el rancherío no existiría”.

“En varias oportunidades he­mos ido al municipio”, contó María, “para que el intendente Garcés nos explicara los porqué, pero una sola vez nos atendió y todo terminó mal porque con este señor no se puede dialogar”.

La mayoría de los vecinos precordilleranos que se encuentran en esta situación hacen hin­capié en el maltrato que reciben por parte del intendente Garcés, a quien lo califican como prepotente. No obs­tante sostienen que el di­putado departamental, Mario Romero, es el único junto a algunos concejales, que tratan bien a la gente y saben escuchar.

“El diputado al menos nos ha dicho que es justo nuestro reclamo y que dentro de sus posibilidades, algo va a hacer”, dijo otro de los calingastinos que está enojado con la realidad que sobrellevan.

Si bien DIARIO HUARPE intentó por todos los medios (sin fortuna), dialogar con el intendente Garcés, quien sí respondió a la solicitud del medio fue el titular del IPV, Martín Juncosa, aunque sin muchas precisiones ya que reconoció no estar muy empapado con la realidad de aquel departamento.

“Esto es un reclamo que se repite en casi todos los departamentos”, expresó el funcionario, “pero realmente no tengo ahora muchos datos para aportar al respecto”. Por ello, le pidió al medio que en los próximos días repitiera el llamado para dar mayores precisiones.

En Zonda, lo mismo

Ayer las familias zondinas que desde hace 9 días acampan en el barrio Conjunto I, volvieron al IPV por las respuestas a sus reclamos; pero, según una de las manifestantes, los del IPV no tienen cómo justificar las entregas a dedo que habrían hecho “y sobre las 11 casas que no han sido entregadas “, dijo Marisa. “Vamos a luchar hasta que las vuelvan a sortear”, aseguró. 

Hoy los manifestantes se irán del lugar donde se asentaron por temor al desalojo de la fuerza pública. “Ahora vamos a estar en una del las casas del barrio, porque una vecina nos ha dado permiso”, contó.