El callejón Chávez, anegado por la rotura de cañerías de agua potable

Más de 200 familias del asentamiento 17 de Abril (Pocito), en el tramo que va de calle 9 a 10 sobre el callejón David Chávez, no la están pasando bien.

Es que desde hace un par de semanas vienen sufriendo la rotura de varios caños que transportan agua potable a los surtidores comunitarios que abastecen los ranchos.

En total las cañerías rotas son seis, y tal como muestran las fotos, las zonas donde se presentan se vuelven intransitables por el barrizal.

“El hecho de que seamos pobres no significa que nos guste vivir en el barro”, dijo con cierta ironía una de las vecinas del asentamiento pocitano.

“No cuesta nada hacer bien las cosas y de esa manera evitaríamos este tipo de problemas”.

Trabajo mal hecho

Según cuentan los vecinos (y a las pruebas se remiten), cuando se instalaron las cañerías de agua potable, no lo hicieron a la profundidad debida. Y esto, desde luego, con el tránsito vehicular, generó que las cañerías se rompieran y el agua potable tomara las calles.

La perdidas además del barrizal en las zonas donde se presentan, traen aparejado otro problema: muchos ranchos se quedan sin agua, justamente, por la falta de presión.

“A mí me llega el agua después de las 12 de la noche”, contó una de las vecinas que vive casi al final del asentamiento “y recién a esa hora empezamos a organizarnos en la casa para bañarnos y lavar”.

Características de la instalación

El sistema que se hizo en la zona es bastante precario.

Cuenta con una cañería de diámetro mediano instalada en la mitad del callejón, a una profundidad que no supera los 50 centímetros; y cada cinco ranchos, sale otra cañería de menor diámetro, hacia un surtidor comunitario, del cual las familias existentes hacen las instalaciones correspondientes, para que, solidariamente, cada uno de ellas llene su tanque.

Supuestamente, este tipo de instalación se hizo de esta manera, porque todas estas familias, asentadas de manera ilegal en tierras fiscales, ya están relevadas y en cualquier momento pueden ser erradicadas.

Lo que pasa es que las erradicaciones se hacen, pero a este asentamiento nunca le llega el turno; y a esta altura, muchas de las familias ya llevan más de 17 años en el lugar.

“Nosotros sabemos que lo que estamos haciendo es ilegal, pero no tenemos otro lugar donde vivir”, dijo otra vecina.

“No estamos pidiendo que nos regalen casas, ni nada por el estilo, porque queremos pagarlas, y sabemos esperar. Pero mientras esperamos que nos toque el turno, pedimos que se nos trate como seres humanos, porque aquí estamos no porque queremos, sino porque no tenemos dónde ir a vivir”.

Es preciso destacar que los reclamos, los vecinos los han elevado al Municipio y a OSSE; y también a Energía San Juan, porque justo en una de las pérdidas hay un poste de energía eléctrica y temen por la estabilidad y conductividad del mismo.

“Espero que con la ayuda de DIARIO HUARPE, se aceleren los trámites de la solución”, dijo otra de las vecinas “porque si no vamos a tener que tomar otras medidas que no queremos”.