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Roberto Palacio

Padece ELA y sigue esperando que lo ayuden: “Nos usaron para la foto”

Desde hace un año, Roberto Palacio (el barrealino diagnosticado con ELA), escucha promesas que nunca llegan y sigue esperando la asistencia del Estado sanjuanino.

POR REDACCIÓN

14 de junio de 2016

“Qué le puedo decir”, dijo como pudo Roberto, ya que la enfermedad le ha afectado el habla, “me da vergüenza que nos hayan usado para la foto y me da mucha bronca que mi familia tenga que aceptar todo esto”.

Fue el año pasado cuando DIARIO HUARPE se enteró del caso de Ro­berto, el barrealino que había llegado al departamento Chimbas para estar más cerca de los centros asistenciales, después de que especialistas le habían diagnosticado esclerosis lateral amiotrófica, más conocida como ELA.

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En aquel momento, Roberto contó que junto a María (su esposa) tuvieron que tomar la difícil decisión de vender lo poco que tenían para venirse a la ciudad, apostando a que la ayuda del Estado provincial les iba a alivianar las cargas. Pero eso nunca sucedió: al contrario, tanto el año pasado como a principios de este se sintieron usados por los políticos y los funcionarios que les prometieron de todo y no cumplieron.

Una moneda con la misma cara, una historia que se repite
“El año pasado, el ministro Daniel Molina y la gente del municipio nos prometieron casa, ayuda para que yo pudiera trabajar, la movilidad para trasladar a Roberto al médico y a las sesiones de rehabilitación y nada de eso se cumplió”, dijo María. “Después ustedes vuelven a publicar el abandono y la mentira, y las nuevas autoridades se presentan (Allende y Gramajo) y qué pasó, lo mismo: volvieron a prometer, redoblaron la apuesta, y así estamos”, agregó.

En diciembre Roberto tuvo que abandonar las sesiones de rehabilitación porque la movilidad siempre llegaba tarde a buscarlo. “La situación me de­sgastó”, dijo Roberto “y eso me hacía sentir aún más indigno”.

Con el fin trabajar y sostener económicamente a su familia, María le pidió al ministro Allende un horno, una amasadora, una sobadora y una bolsa de harina para hacer y vender pan casero y semitas. El horno llegó pero las demás herramientas e insumos jamás aparecieron.

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Si bien los gobiernos provincial y municipal se habían comprometido a pagarles un alquiler hasta que le adjudicaran una vivienda, la promesa tampoco se concretó.

Hoy la familia está instalada en una vivienda precaria del Lote Hogar 59. Pagan 3.000 pesos por mes, dinero que juntan con lo que aportan algunas ayudas solidarias y lo pocos pesos que gana en las changas el mayor de sus hijos.

Roberto y María tienen cuatro hijos, de 18, 14, 11 y 9 años. Los más chiquitos van a la escuela pero el mayor abandonó para salir a trabajar y sostener económicamente a su familia.

“Con esta enfermedad en nuestra familia cambió todo”, dijo María con lágrimas en los ojos, “y encima algunos se atreven a jugar con nuestras ilusiones”.

El día en el que los funcionarios prometieron y no cumplieron
Fue el 20 de enero cuando el ministro de Desarrollo Humano y Promoción Social, Walberto Allende, junto al intendente de Chim­bas, Fabián Gramajo, se presentaron en la casa de María y Roberto Pa­lacio.

Ese día los funcionarios se comprometieron a cumplir con todo lo que la constitución dice en su ley. Prometieron ayudar a la familia con un alquiler hasta que le adjudicaran una casa, le aseguraron que todos los meses le iban a dar un subsidio, como también una movilidad para trasladar (a horario) a Roberto donde lo necesitara.

“La verdad, es una situación complicada pero en conjunto entre el gobierno provincial, Ministerio y el municipio lo vamos a poder solucionar”, afirmó ese día Allende; mientras que el intendente Fabián Gra­majo dijo: “Nosotros vamos a acompañar a la familia. Es nuestra función y nuestra responsabilidad. Nosotros venimos a la política para resolverle los problemas a la gente y vamos a estar acompañándolos en lo que haga falta”.

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