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En la Justicia

Cristina Kirchner fue a Comodoro Py y le entregó un escrito al juez Bonadio

La ex presidenta arribó a los tribunales federales de Comodoro Py y presentó un escrito, tal como lo hicieron sus hijos Máximo y Florencia.

POR REDACCIÓN

07 de marzo de 2017

Cristina Kirchner partió a las 8:45 de su casa, en el barrio porteño de Recoleta, rumbo a los tribunales. Quince minutos más tarde llegó a Comodoro Py, donde la esperaba el juez federal Claudio Bonadio, quien la convocó a indagatoria en la causa “Los Sauces”.

La ex presidenta ingresó a la sede judicial junto a su abogado Carlos Beraldi y presentó un escrito en el que hizo hincapié que es víctima de una persecución judicial. Algunos fragmentos del documento que presentó:

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– “Tal como lo he manifestado en reiteradas ocasiones, resulto objeto de una persecución judicial y mediática que no registra antecedentes en nuestro país, al menos en los períodos democráticos, y que en mi caso particular se extiende a mis hijos Máximo y Florencia Kirchner, en especial, a esta última”.

– “Pese a que el panorama descripto resulta en verdad escandaloso, lo afronto como una ciudadana más. Por eso, después de concluir el mandato que como Presidenta de la Nación me confiriera el pueblo argentino en dos oportunidades, no busqué en ningún momento ocupar cargo alguno que me diera fueros o inmunidades para ser investigada”.

– “Como cualquier persona tengo derecho a ser juzgada por un juez imparcial, circunstancia que ni remotamente reúne el magistrado a cargo de esta causa, como es de público y notorio conocimiento. Sólo las presiones que desde el Poder Ejecutivo se ejercen sobre los jueces, no sólo a través del Consejo de la Magistratura -controlado por el Gobierno-, sino mediante las increíbles e inéditas declaraciones públicas del Presidente de la Nación reclamando la renuncia o exigiendo la destitución de jueces que no fallan de acuerdo a lo que quiere el Gobierno, han permitido que V.S. continúe al frente de esta causa y como titular de este Juzgado”.

– “Los contratos de alquiler celebrados con Lázaro Báez, a los que se agregan los de Cristóbal López, pretenden ser calificados como un supuesto de lavado de dinero. Tal imputación resulta ridícula y contradictoria con todos los elementos de prueba ya incorporados a la causa. Se trata de contratos reales y genuinos, sobre inmuebles cuya existencia fue constatada a través de reiterados allanamientos, con inquilinos reales de carne y hueso, y en los que todos los movimientos económicos se realizan por el circuito bancario”.

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