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En Buenos Aires

Encontraron el cuerpo de Carla, la mujer que activó el botón antipánico

Los familiares la reconocieron por la ropa, un tatuaje y un piercing mediante fotos que les mostraron los peritos este sábado. La joven tenía 28 años.

POR REDACCIÓN

19 de enero de 2019

Las autoridades de la investigación confirmaron que el cuerpo encontrado en el Riachuelo esta mañana del sábado pertenece a Carla Soggiu, la mujer de 28 años, que estuvo desaparecida desde el martes luego de que activó el botón antipánico.

En la morgue los investigadores cotejaron que el cadáver tiene el mismo tatuaje, la misma ropa y un piercing que Carla.  Además, los familiares la reconocieron mediante fotos que les mostraron los efectivos policiales.

Los investigadores no creyeron, por el momento, que haya sido asesinada. La principal hipótesis fue que la joven se perdió y se ahogó.

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El cadáver fue hallado en la zona de Barracas en un estado de descomposición avanzado y se realizó a las 7 de la mañana por parte de personal de limpieza de esa zona. De forma inmediata dio aviso a Prefectura Nacional. El lugar donde apareció el cadáver es a 30 cuadras de la zona de búsqueda y de donde vivió la mujer.

Carla Soggiu desapareció el martes pasado cerca de las 20. Padeció una hidrocefalia y los familiares desde el primer día se mostraron preocupados porque al sufrir un golpe o un estado de estrés fuerte pudo perderse y desorientarse.

Al momento de la desaparición Carla tuvo un botón antipático debido a que fue atacada y violada por su ex, Sergio Fuentes, según denunció la mujer. Un día después, el hombre fue detenido y quedó en prisión, contó la familia.

El mismo martes, a las 20.07, Carla activó por primera vez el botón antipánico. Se mantuvo una breve comunicación con la mujer en la que refirió que estaba “desorientada”. No pudieron ubicarla con los datos del GPS.

Sin embargo, la conexión entre este suceso y la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo no fue la principal hipótesis para los investigadores, aunque no descartaron nada.

La joven se comunicó por última vez con su madre a las 18. Después estuvo junto a un amigo, de nombre Cristian, que la acompañó hasta tomarse el colectivo 32. Desde ese momento, nada más se supo de ella, según la investigación.


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