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Visita

Malvinas: fría recepción para una delegación argentina de la Comisión por la Memoria

Hubo gestos hostiles para la delegación integrada por Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo y el padre Pepe.

POR REDACCIÓN

19 de marzo de 2017

Un cartel, pegado en un negocio en las islas Malvinas, dice en inglés: “No hay diálogo posible hasta que la Argentina no renuncie a sus reclamos hacia nuestras islas. Respeten nuestros derechos humanos”. Ese mensaje, las casas llenas de banderas británicas y un diálogo nulo con los isleños encontraron a lo largo de la última la semana el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel ; el sacerdote villero, Pepe Di Paola, y Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo, en las islas.

En el cementerio de Darwin, en cada tumba no identificada, los miembros de la Comisión Provincial por la Memoria pusieron un cartel que decía: “Identidad a los 123 NN, memoria, verdad, justicia y soberanía”. Apoyaban, así, el trabajo de identificación que en junio iniciará una misión humanitaria de la Cruza Roja Internacional. Al día siguiente los letreros habían desaparecido.

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Al día siguiente, en el diario local Penguin News apareció una noticia titulada: “Military ban because of Argentine visit” (Prohibición militar por visita argentina), que se refería específicamente a la Comisión por la Memoria: “El grupo se sacó fotos sosteniendo carteles que mostraban el número de soldados argentinos desconocidos enterrados en las Falklands (123) y para fastidio de los residentes de las Falklands el cartel incluía una pequeña imagen del contorno de las islas dentro de la bandera argentina”.

“Tratamos de abrir instancias de diálogo con los isleños, pero fue imposible. Nos decían que los insultábamos con nuestra presencia”, contó Adolfo Pérez Esquivel en una comunicación desde las islas, intentando buscar otros canales de diálogo. La delegación de la Comisión Provincial por la Memoria retornó este sábado pasado al continente.

El padre Pepe Di Paola, por su parte, explicó que “hay un grupo de civiles que se han organizado a través del gobierno de la isla para cortar cualquier tipo de posibilidad de diálogo con los malvinenses. Lo hemos visto a través de distintos gestos, de poner carteles, embanderar como si estuvieran en la guerra cualquier coche o casa, seguir a la gente argentina, no sólo nosotros, sino también a otros argentinos que están visitando estos lugares”.

Una difícil situación atravesaron cuando una mujer chilena que manejaba un taxi advirtió a la policía que los integrantes de un grupo argentino estaban desplegando la bandera de ese país. Aparecieron los agentes de seguridad, pero no encontraron nada y tuvieron que irse. “Aquí la gente está muy tensa. Porque evidentemente nos ven a nosotros como los enemigos”, consideró Pérez Esquivel.

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Aportes para el diálogo

El próximo 30 de marzo, la comisión se reunirá con la canciller Susana Malcorra para intercambiar ideas y analizar qué aportes se puede hacer para construir el diálogo. “La clase política argentina debería tomar el tema Malvinas en serio. Vemos un proceso de desmalvinización. No se toma en serio el tema de la soberanía”, indicó el padre Pepe.

El avión en el que viajaron, como todos los que llegan una vez por semana desde la Argentina, aterrizó en la base militar de las islas. Allí tuvo Pérez Esquivel el primer impacto. “El gobierno británico aumentó en US$ 180 millones el presupuesto para armas y el mejoramiento de infraestructura de la base militar, que es enorme”, apuntó, preocupado.

Luego, en la visita al museo de las islas, tanto Pérez Esquivel como el padre Pepe y Cortiñas notaron lo mismo con una gran inquietud. “Fuimos al Museo y dice: «Nuestro próximo paso es la Antártida». Callarse la boca no ha producido ningún beneficio en estos 35 años. Ni el silencio de los muchachos que volvieron ni el silencio de los gobiernos”, puntualizó el cura villero.

La advertencia de Pérez Esquivel fue también hacia Chile: “Los gobiernos argentino y chileno van a tener que estar atentos. Lo que señalan en ese gráfico es que el objetivo es apoderarse de gran parte del territorio de la Antártida, incluyendo las bases científicas, como objetivo político, estratégico y económico”, dijo el Premio Nobel de la Paz.

Para el padre Pepe, el diálogo es un desafío que se debe plantear a la sociedad argentina. “Los gobernantes, no importa el partido político al que pertenezcan, no pueden seguir con esta desmalvinización”, consideró. Di Paola es el primer cura villero en dar misa en las Islas Malvinas. Lo hizo en el cementerio de Darwin, donde yacen los cuerpos de 123 argentinos enterrados como NN, y también rezó en el cementerio San Carlos, donde están los británicos.

Entre los que viajaron también estuvo Ernesto Alonso, un ex combatiente de La Plata. Con él, la Comisión Provincial por la Memoria recorrió lugares donde los combatientes fueron enterrados hasta el cuello en pozos. “En Ushuaia está radicado un juicio por las torturas sufridas por soldados argentinos en las islas, pero hasta el día de hoy no avanza”, dijo Pérez Esquivel.

Ya en la llegada, Cortiñas, la primera madre de Plaza de Mayo que llega a las Islas Malvinas, tuvo la primera desilusión. “Tener que entregar el pasaporte para ser aceptados, reconocidos, choca porque es nuestro país”, observó. Luego, dijo, se encontró con un “pueblo cautivo”.

“Están aleccionados para no aceptarnos, para no querernos, para tergiversar la verdadera historia de estas islas. Si este pueblo hubiera estado siempre informado no hubiera pasado esto de no poder ni dialogar”, se lamentó Cortiñas.

Fuente: La Nación

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