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Por la inflación se rompen más cajeros automáticos

Sobreexigidos por las constantes extracciones, las máquinas fallan al menos una vez por mes.

POR REDACCIÓN

03 de abril de 2014

El cartelito de desperfectos técnicos de los cajeros automáticos se volvió una postal cotidiana para el prototípico porteño de clase media. De alguna manera, se trata de uno de los coletazos -tal vez, el menos dramático- de la falta de sinceramiento de la inflación. Necesitados cada vez de más dinero para hacer las compras, los clientes hacen trabajar de más a las terminales, lo que produce un desgaste mayor en el servicio.

Los cajeros más utilizados se rompen una vez al mes, mientras el resto falla 0,8 veces mensuales, informó El Cronista Comercial. Las reparaciones, que están incluidas en la prestación del servicio, suponen un costo de entre 1500 y 2500 dólares.

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De cada diez fallas, siete las soluciona la propia sucursal. Caso habitual es el atoramiento de los billetes en las máquinas. El problema es que los desperfectos pueden durar más de la cuenta, por ejemplo, cuando estos ocurren por fuera del horario bancario, como la noche y los fines de semana.

Los números reflejan la particularidad argentina. Fuentes del sector indicaron al matutino que el promedio de extracciones en el país es de 15 billetes por mes, mientras en el resto del mundo es de cuatro.

Pero el alto retiro de dinero contante y sonante lejos está de ser una compulsión. Más allá de que colabora la existencia de un importante sector “en negro” de la economía , la razón principal del fenómeno es que el billete de mayor denominación sigue siendo el de $100. El Gobierno se rehúsa a imprimir uno que supere ese monto, ya que esto sinceraría la inflación. De esta manera, al trabajar más, los ATM caen como moscas más seguido.

Las fallas se producen también por la mala calidad del billete -a veces está pegado con cinta scotch, lo cual provoca una traba en el sistema-, el vandalismo o el mal uso.

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““Obviamente, si el gobierno tomara la decisión de sacar un billete de $500, el desgaste de los cajeros sería mucho menor, al punto que hoy en el país deben renovarse cada cinco años, mientras en el resto del mundo lo habitual es cada ocho. Y un ATM representa una inversión de entre u$s12.000 y u$s50.000””, concluyeron desde las entidades financieras.

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