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Narcotráfico y política

“El rey de la efedrina” habló ante la Justicia y complicó a Aníbal Fernández

Mario Segovia entregó a la jueza Servini un manuscrito en el que un secretario del ex ministro K le indicaba en 2008 cómo tramitar una portación de armas por 7.000 dólares. Y asegura haber conocido al ex candidato a gobernador bonaerense.

POR REDACCIÓN

04 de septiembre de 2016

Otra vez el mismo nombre, las mismas sospechas. Sólo falta que el círculo se cierre con las mismas desmentidas. Pero en esta ocasión puede no ser tan fácil. Mario Segovia, bautizado por la prensa como “el rey de la efedrina”, entregó a la justicia pruebas de su vínculo con el ex jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández. Y está listo para ampliar la historia con más detalles de su visita a quien entonces, en 2008, era ministro de Justicia.

Presentemos al personaje: capturado en 2008 y condenado en 2012 a 14 años de prisión por el contrabando agravado de efedrina, Mario Segovia pasa sus días alojado en el penal de Ezeiza. Tras el terremoto que sacudió el polvo de tantos expedientes en tribunales y recargó de tinta las lapiceras de varios jueces, el nuevo abogado de Segovia le aconsejó contar lo que sabe respecto al negocio de la efedrina, a sus protagonistas y sobre todo a sus protectores y padrinos políticos. El 16 de agosto, con una breve carta, el reo se presentó entonces ante el juzgado de María Servini para pedirle una audiencia con el objetivo de “colaborar con la justicia a fin de aportar elementos para la averiguación de la verdad” en dos de las varias causas vinculadas con el tráfico de efedrina, los medicamentos truchos, el financiamiento ilegal de la campaña de Cristina en 2007 y el triple crimen de General Rodríguez, que tramitan en esa sede.

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La propuesta fue aceptada de inmediato. Segovia declaró por primera vez y en secreto el miércoles pasado durante una hora y media, en la cual explicó sus motivos y puso a prueba sus intenciones: señaló a una persona clave en el equipo que permitía los negocios con la droga, aunque su oficina quedaba en la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y a Lucha contra el Narcotráfico, la oblicua Sedronar. Sus datos, teléfonos y correos ya están bajo la lupa judicial.

Fue el precalentamiento. Un día después, en nombre de Segovia, que pide incorporarse al programa de testigos protegidos, su abogado José Velázquez entregó a la justicia “un manuscrito de interés” a las causas que ahora vuelven a sacudirse. El texto -al que accedió Clarín- y las condiciones bajo las cuales fue escrito podrían tener consecuencias flamígeras. Bajo el acápite de “Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos”, se lee una lista de “requisitos” que Segovia debería entregar para obtener la portación para su arma de fuego: “1 fotocopia del DNI; 1 fotocopia CLU (Credencial de Legítimo Usuario de armas); certificado de ingresos (contador); formulario 06 (nosotros); certificado de firmas (nosotros o gestor); certificado de antecedentes penales (nosotros)”. Debajo, el precio del trámite y el plazo: “u$s 7.000, una semana”.

¿Quien escribió semejante hoja de ruta? Uno de los más estrechos colaboradores de Aníbal Fernández, que trabajaba como su secretario y cuyo nombre este diario por ahora mantiene en reserva para no entorpecer la investigación judicial. Su dueño aconseja a la jueza chequear la autenticidad del texto con una pericia caligráfica.

Pero ese es sólo el principio. Según afirma “el rey de la efedrina”, aquella lista de “requisitos” llegó a sus manos en la misma sede del ministerio de Justicia. “Yo he tenido la ocasión de conocerlo a Aníbal Fernández. Una vez fui a su oficina en el ministerio de Justicia, en el 5° piso. Se entraba por el garaje. Subís por ascensor reciclado que usa el ministro nada más”, explica. “Una vez que salís del ascensor, te dirigís a tu derecha y te encontrás con dos oficinas, una a la izquierda y otra a la derecha. Al final hay una puerta que da a una suerte de living: a la izquierda estaba la oficina de (el autor del manuscrito) creo, secretario general y privado y de confianza absoluta de Aníbal. Y a la derecha la oficina de Aníbal. Ese día me entregó este papel”. Fuerte.

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Pero aún incompleto. “Al llegar a mi casa veo que en el revés -de la hoja- había información bastante valiosa y por ello decido guardarlo”, explica Segovia. Esa otra carilla de texto, que hoy difunde Clarín, contiene indicaciones y números más explosivos todavía. Sin conocer el motivo y el destinatario, se lee por ejemplo “mandar mail (Aníbal) para que mande la orden (Andrés Peralta) tramitar pasaportes (una semana): u$s 1.500 dólares cada uno”. O “tramitar portación (Luis Rivaya) Galicia austral director (ojo, amigo de Néstor, quedar bien y cuando esté el trámite dar en mano (Andrés urgente, orden Aníbal F)”.

Ante la consulta de Clarín, Fernández rechazó la historia completa. “Es una estupidez. Cuando a este tipo lo agarró la SIDE el anuncio lo hice yo. Fijate que la ley de drogas contempla la figura del arrepentido, y este tipo nunca dijo nada. Nosotros no hicimos portaciones de armas ni trámites a nadie. No me importa lo que diga”.

Más anotaciones: “Avisar (Andrés) que imprima la portación de (Ricardo Di Maio) que es amigo personal del juez Luis Genou (se refiere al titular de la Corte Suprema de Justicia bonaerense Luis Genoud) orden (Aníbal F)”. O la más intrigante “llamar a la noche (Alejandro) para que a primera hora le diga a la (Morza F.) que Andrés tiene para él u$s 150.000”. Tal vez la jueza Servini si el ubicuo Andrés podría ser Meizner, cercanísimo colaborador de Fernández.

Dos últimos detalles de color, tipo lista de supermercado: “retirar Rolex Bisel cerámico (mío pagar): u$s 7.200”. O “Roberto Pereira: Rolex Daytona 18K (blanco, malla de cuero): u$s 13.500”. Pocas palabras, muchas explicaciones pendientes.

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