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Una buena

El riesgo país cayó 150 puntos en un mes

Cerró en 672 puntos. Los papeles de la deuda subieron cerca de 10% en lo que va del año. Analistas ya miran todo bajo la lupa electoral.

POR REDACCIÓN

18 de enero de 2019

Los funcionarios del área de finanzas del ministerio de Hacienda no le quitan la vista a las pantallas que muestran la evolución de los precios de la deuda argentina en dólares. La fuerte recuperación que se está observando en las tres primeras semanas del año llevó a que el riesgo país cayera cerca de 150 puntos desde el pico alcanzado a fines de diciembre de 2018. Ayer cerró en 672 puntos, contra los 832 de la última rueda de 2018.

En ese viaje, algunos papeles de la deuda subieron un 10%, aunque claro, todavía están cerca de 15 puntos porcentuales debajo de los precios que mostraban exactamente un año atrás, cuando el riesgo estaba cerca de los 350 puntos y el Gobierno conseguía de un saque financiamiento por 9.000 millones de dólares. Números impensables hoy. Lo que no quita que en el Gobierno recuperen la confianza.

El rally se desató por las señales de relajamiento monetario que dio a principios de enero la Reserva Federal, que dio a entender que tal vez no habría nuevas subas de tasas de interés. El jueves, se instaló la certeza de que habrá paz comercial duradera entre China y Estados Unidos. Dos excelentes noticias para las necesidades argentinas.

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El cambio de escenario encontró a los papeles argentinos en niveles bajísimos que resucitaron el interés de los inversores por bonos que llegaron a rendir más del 11% a fin de 2018. Por aquellos días -lo demuestra la herramienta Google Trends- las palabras default y riesgo país mostraron un impensado crecimiento en las búsquedas de los usuarios.

El retroceso del riesgo país se superpone con las cifras de inflación que por estos días recordaron el muy mal número anual -47,6%- con la tendencia descendente que está mostrando el IPC desde el pico alcanzado en octubre. También comparte espacio en la información con los aún muy malos números de actividad económica, que el Gobierno espera empezar a revertir a partir del segundo trimestre, cuando se viva a pleno el ingreso de dólares de la cosecha gruesa.

Y coincide con la paz cambiaria que logró el Banco Central con su durísimo programa monetario. Para los funcionarios es muy importante, por ejemplo, que el precio del dólar haya perdido relevancia en los noticieros como en las tapas de los diarios.

Desde ya, que en el año de las elecciones presidenciales estas variables empiezan a ser miradas en clave electoral. Ayer la agencia de noticias financieras Bloomberg tomaba nota de la última encuesta de opinión elaborada en la última quincena de diciembre por la consultora Isonomía, que mostraba una franca mejoría de las chances del oficialismo, debido a una recuperación en la imagen presidencial.

En el mercado, los analistas financieros empiezan también a asignarle más posibilidades al candidato Mauricio Macri, siempre que logre consolidar las mejoras incipientes en el frente financiero, en el de la inflación y sobre todo en la la aún demorada reactivación económica y, tan importante como lo local, en un escenario internacional que no juegue en contra.

En las mesas de dinero igual se preguntan si las mejoras que los analistas financieros y económicos empiezan a ver en las variables macroeconómicas, alcanzarán a ser percibidas por la población en general a la hora de ir a las urnas.

Hasta que ese momento llegue, el Gobierno apuesta todo a que el veranito financiero sea algo más que un veranito.

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