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Presuntas coimas

Un testigo de la expresidenta se le volvió en contra

Pidió que un empresario declare en el juicio de la obra pública que no hubo cartelización, pero en la causa de los cuadernos dijo como arrepentido que sí la hubo.

POR REDACCIÓN

25 de agosto de 2018

La defensa de la expresidenta Cristina Fernández pidió a principios de julio que el empresario Carlos Wagner declarara como testigo en el juicio oral por la obra pública en el que la exmandataria será juzgada.

Para la actual senadora, Wagner podría dar testimonio de que durante su gobierno no hubo irregularidades en la asignación de obras. Pero dos meses después, el empresario dijo que hubo cartelización y que para eso se pagaban coimas. Fue cuando declaró como arrepentido en la causa de los cuadernos de la corrupción de funcionarios del gobierno anterior y empresarios, lo que le permitió quedar en libertad.

Wagner pasó de un testigo que podía ayudar a Cristina Fernández y a sus exfuncionarios a otro que podría complicar su situación.

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En el juicio se juzgará las presuntas irregularidades por las obras públicas que el empresario detenido Lázaro Báez recibió para Santa Cruz durante el kirchnerismo. En su declaración como arrepentido, Wagner no habló de Báez.

Cuando la defensa de Cristina pidió la prueba para el juicio oral sostuvo que la acusación central fue que las empresas del Grupo Báez se quedaron con el 80 por ciento de la obra pública vial en Santa Cruz de 2003 a 20015 para lo cual se hacía “una puesta en escena tendiente a disimular en los papeles una competencia entre oferentes que en realidad no existía”.

“Ahora bien, si los demás titulares de las empresas participantes en dichas licitaciones no fueron llamados a prestar declaración indagatoria en la presente causa debe entenderse que a criterio de los acusadores los mismos se encuentran libres de toda sospecha”, sostuvo la defensa de Cristina Kirchner. Uno de los empresarios que la ex presidenta pidió que declare como testigo fue Wagner.

Pero el empresario 10 de agosto declaró como arrepentido. Dijo que en 2004 el entonces ministro de Planificación Federal Julio De Vido le dijo que a pedido del entonces presidente Néstor Kichner “la obra pública iba a ser uno de los métodos de recaudación de dinero para los gastos políticos”. Para eso cuando se llamaba a una licitación pública las empresas se reunían y entre ellas determinaban quién era el ganador.

“Una vez adjudicada la obra, el compromiso era abonar para gastos políticos, para necesidades políticas, el anticipo que estaba establecido los pliegos. El porcentaje del anticipo financiero era entre el 10 y 20 por ciento del total de la obra, y deducidos los impuestos el compromiso era entregar la totalidad restante del anticipo financiero a modo de retorno”, amplió Wagner.

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El empresario dijo que el ex secretario de Obras Públicas José López y el ex funcionario de Planificación Federal Roberto Baratta eran quiénes disponían a quiénes se le hacían los pagos. De Vido y López serán juzgados junto a Cristina Kirchner y otros acusados. “Era plata para arriba”, dijo Wagner sobre el destino de las coimas, según le decían López y Baratta.

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