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Una ganadora del premio Nobel quiere sumarse al #NiUnaMenos

Es la abogada iraní Shirin Ebadi Hamadán. También habló de “las Madres de Plaza de Mayo iraníes”.

POR REDACCIÓN

02 de diciembre de 2016

La abogada iraní Shirin Ebadi Hamadán, que en 2003 se convirtió en la primera mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz, contó que se quiere sumar a la campaña #NiUnaMenos.

“Acá ven que la violencia hacia la mujer es patente, existe. Entonces crearon una campaña porque se vio que la sociedad lo padece y tiene que hacer algo. A mí me gustaría participar activamente de la campaña porque creo en la igualdad entre el hombre y la mujer”, reveló en la jornada de cierre del Primer Congreso de Economía Verde: Conciencia y Acción.

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Ebadi Hamadán destacó, además, la tarea de las Madres de Plaza de Mayo y contó que en su país hay un movimiento similar. “Son un estandarte. En Irán siempre hablamos de ellas. De hecho, en 1979, después de la revolución, perdimos un grupo importante de jóvenes, a quienes mataron y enterraron sin decirnos dónde están. Perdimos a más de 10 mil jóvenes. Las madres de esos jóvenes aprendieron de las Madres de Plaza de Mayo y tienen un encuentro semanal en una plaza de Teherán en el que piden Justicia”, indicó.

También se mostró a favor de los cupos femeninos en el Congreso. “La primera vez que vine a Argentina me dijeron que hay una cuota del 30% de las mujeres en los cargos legislativos. Y ahora me contaron que hay un proyecto para llevarlo al 50%. Yo estoy de acuerdo, porque lo necesitan”, explicó.

Sin embargo, aclaró que “la ley no es la solución”, apuntó contra la raíz cultural del problema. Lo explicó con un ejemplo. “Acá una mujer puede ser ministra, porque la ley lo permite, pero eso no es garantía de la igualdad de género en la sociedad. La igualdad en la ley no dice nada, el problema está en otro sitio”.

En ese camino, comparó al problema con la hemofilia. “El origen de la desigualdad está en la cultura patriarcal, de la que las mujeres son las primeras víctimas, pero a veces son las primeras en transmitirla, porque todo hombre opresor ha sido educado por una mujer, como la hemofilia, una enfermedad que se hereda con la madre”, evaluó.

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Aunque aseguró que “la discriminación contra las mujeres en los países musulmanes es mil veces peor”, aclaró que “no es un problema tribal o islámico”.

Para graficar la afirmación, recordó que en su último viaje a Liberia le contaron que el 50% de las mujeres sufrieron la mutilación genital, pese a que se trata de un país cristiano. “Yo le pregunté al presidente por qué no hacían una ley para prohibirlo y me contestó que los hombres no aceptarían casarse con una mujer a la que no le hayan mutilado los genitales”.

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