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Policiales > Primera audiencia

El estremecedor relato de la hija de los Sillero

Sonia Adriana Sillero, hija de Víctor Sillero y Florencia Bustos, fue la primera en dar testimonio en el juicio contra Sandro Javier Bordón, acusado de matar brutalmente a los abuelos en mayo de 2017.

POR REDACCIÓN

27 de septiembre de 2018

Este jueves, la hija del matrimonio de abuelos brutalmente golpeado y asesinado en el Barrio Guillermo Rawson en mayo de 2017, Sonia Adriana Sillero, fue la primera en prestar testimonio en el juicio por el crimen, que tiene como único procesado a Sandro Javier Bordón (46). Su relato fue estremecedor.

Antes de las 10 de mañana, inició la primera audiencia del debate por el crimen de Víctor Sillero (87) y Florencia Bustos (86). El secretario del juez Ernesto Kerman, de la Sala II de la Cámara Penal, ante las partes presentes, leyó el requerimiento fiscal para la elevación a juicio y luego fue el turno de la palabra del único acusado por el doble homicidio. Ahí, Sandro Javier Bordón se abstuvo de declarar.

Pasado esto, llegaba el momento de las testimoniales. Las primeras en hablar ante el magistrado fueron Sonia y Norma Sillero, hijas del matrimonio víctima del violento hecho. Sonia fue la que empezó.

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La docente expresó que ese 23 de mayo, salió de la Escuela del Médano, aproximadamente, a las 16.50. La mujer contó que todos los días cuando salía del trabajo, pasaba a saludar a sus padres. Pero que, ese día, no los visitó porque era el cumpleaños de su nieta mayor. Por lo que se fue a su casa. Tenía previsto luego buscar la torta para el evento y a su mamá Florencia Bustos para ir al festejo. Pero todo eso cambiaría.

Un vecino le avisó del asalto pasadas las 17. “Arranqué el auto y me quise ir despacio. Cuando doblé la esquina por la calle Güemes, vi un montón de patrulleros y policías”, relató la mujer. “Sentí un frío por dentro”, sentenció.

Luego, Sonia siguió con su testimonio, pero no pudo aguantar más y rompió en llanto al recordar como vio a su madre.

“Vi a mi mamá sentada en la cama y con toda la cabeza abierta, llena de sangre.  Le pregunté qué te pasó”, describió. `No sé, estaba durmiendo la siesta y me pegaron una piña` ‘Me duele mucho’, le dijo su mamá (Florencia Bustos), según Sonia Sillero.

“Llamé a mis hermanos, me sentía sola, no tenía a nadie de mi familia a quién abrazar”, añadió posteriormente.

“Estaba shockeada, veía la sangre de mi padre (Víctor Sillero) en el piso y en la pared. Mi papá movía la cabeza, le toqué los pies y le dije: papi todo va a estar bien”, continuó entre lágrimas.

“Mi papá siempre tenía dinero en el bolsillo y era abierto a la hora de hablar de sus inversiones y sus proyectos.  Estaba interesado en comprar una casa. El contador le dijo que sacara la plata del banco”, describió de cómo era el quiropráctico Víctor.

“No sabía cuánto dinero había en la casa. Sabía que estaba en casa porque mi mamá me contó que papá sacó la plata del banco”, concluyó la hija del matrimonio.

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Sonia Sillero respondió las preguntas de la fiscal Leticia Ferrón de Rago y del defensor oficial  Marcelo Salinas, que representa a Sandro Javier Bordón. Las inquietudes fueron en camino de dar luz de cómo fueron los hechos posteriores al feroz ataque que sufrieron los ancianos en su casa de calle Güemes, en el Barrio Guillermo Rawson. También en si había dinero o no en la vivienda, debido a que el principal móvil de la entrada de Sandro Javier Bordón fue una suma millonaria, que jamás encontró, de acuerdo a las fuentes judiciales.

El hecho

La investigación policial indicó que el 23 de mayo de 2017, Sandro Javier Bordón fue a hacerse atender con el quiropráctico Víctor Sillero por un problema en la ingle, como lo hizo varias veces antes. Sin embargo, esta vez su motivo era otro: una suma millonaria de dinero. Allí adentro, golpeó con un “nunchaku” (un arma tradicional de las artes marciales) a Víctor Sillero y luego a su mujer Florencia Bustos, que dormía la siesta.

Sandro Javier Bordón (46). El entrerriano es el único acusado de matar a los abuelos.

Pudo hurgar solo en una habitación porque el timbre y el sonido de un celular lo alertó de que ya no estaba sólo. Se puso el gorro y salió, cuando vio a los clientes que esperaban afuera, les dijo que Sillero estaba arreglando un problema con el agua en el fondo, y desapareció.

Según el testigo, de identidad protegida, que apareció luego de los 500 mil pesos que ofreció el Gobierno como recompensa por un dato que resolviera el caso, el hombre fue a la casa de los Sillero porque el quiropráctico le había expresado que ya no tenía la plata en los bancos y, además, porque la ‘vidente’ Alicia Ramona Cortez, le indicó que en su ‘videncia’ vio que había en la casa 2 millones de pesos.

El 28 de julio, tras el testimonio, de identidad protegida, cayeron Sandro Javier Bordón y Alicia Ramona Córtez. El juez Martín Heredia Zaldo, del Cuarto Juzgado de Instrucción procesó al hombre por doble homicidio doblemente agravado por alevosía y criminis causa y liberó a la mujer por falta de mérito. A ella se le había imputado el delito de encubrimiento.

Víctor Sillero y Florencia Bustos murieron tiempo después, como consecuencia de los brutales golpes. El hombre murió el 15 de junio de 2017 y la mujer el 20 del corriente mes.

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