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Empieza el juicio por el brutal crimen de los abuelos Sillero
El único procesado por las muertes de Víctor Sillero (87) y Florencia Bustos (86) es Sandro Javier Bordón que será juzgado en la Sala II de la Cámara Penal. El hombre entró a robar el 23 de mayo del 2017 y golpeó violentamente a la pareja, que murió después.
POR REDACCIÓN
Este jueves, 27 de septiembre, en la Sala II de la Cámara Penal, comienza el juicio contra Sandro Javier Bordón (45), acusado de haber matado brutalmente al matrimonio de abuelos, integrado por Víctor Sillero (87) y Florencia Bustos (86), el 23 de mayo de 2017, en el Barrio Guillermo Rawson.
Al menos hay 5 audiencias programadas con más de 20 testigos, según fuentes judiciales. Bordón está procesado por el delito de doble homicidio doblemente agravado, por alevosía y críminis causa, con el cual podría ser condenado a prisión perpetua, si su defensa no revierte la calificación.
Según la investigación realizada por el Cuarto Juzgado de Instrucción, a cargo del juez Martín Heredia Zaldo, el hombre ese día había ido a la vivienda de los Sillero con intención de robar una suma millonaria de dinero, pero nunca la encontró.
Bordón, residía a 7 cuadras de la casa del matrimonio y hizo atender con la víctima Víctor Sillero, que era quiropráctico, dos veces, con anterioridad, por lo que conocía los movimientos de la casa.
Ese 23 de mayo de 2017, Sandro Javier Bordón ingresó como cliente cerca de las 16.30. Por eso, no hubo violencia en la puerta de la vivienda, ya que fue abierta voluntariamente por el quiropráctico. El detenido primero atacó a Víctor Sillero y luego a Florencia Bustos, que se levantaba de dormir la siesta. Al primero lo dejó tirado boca abajo, sumergido en un charco de sangre, según la investigación del caso.
Fue atrapado el 28 de julio junto con la “espiritista” Alicia Ramona Cortez, que estaba acusada de encubrir al presunto homicida. La Policía lo apresó gracias al aporte de un testigo que escuchó cuando Bordón le confesó el crimen a Córtez.
Durante los meses en que la Justicia y la Policía quiso dar con el agresor, la fuerza de seguridad armó un grupo especial de investigación y el Cuarto de Instrucción había lanzado una recompensa de 500 mil pesos para quien aportara un dato clave para resolver el caso. Este último dio su fruto.