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Argentina, el mundo del revés
La famosa canción de María Elena Walsh parece tener cada día más vigencia en nuestro país, así como el tango Cambalache compuesto en 1934 por Discépolo.
POR REDACCIÓN
Hoy voy a realizar una analogía tomando algunos datos objetivos provenientes del mundo del trabajo, luego del informe del mes de febrero emitido por el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación.
Según este informe, finalizado el 2018 hubo 191.300 empleados registrados menos (-1,5% interanual) en comparación con el final del 2017.
Los que más aportaron a este descenso fueron la industria manufacturera, el comercio y la construcción.
En la actual gestión nacional, es decir en tres años, se redujeron en 80.246 puestos de trabajo del sector privado, llegando al número actual de 6.166.100 laburantes registrados.
Detrás de este número, también hay un descenso de los no registrados que son los que primero pierden ante cualquier resfrío económico del país.
A contrapelo de esto, y en el mismo período de tiempo los empleados públicos llegaron a 3.193.500, es decir que hubo un crecimiento de 94.000 empleos públicos, sin contar los no registrados o los registrados “falsamente” como los monotributistas y las pasantías.
Los que aumentaron fueron las provincias, mientras que la Nación fue la que redujo 10.000 empleos públicos.
Entonces cuando escuche del Noreste argentino que las economías regionales son destruidas, habría que responderles que de igual modo el empleo público ha crecido, o sea no importa el empleo que genera riqueza, porque la Argentina es el reino del revés, donde nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez, y que dos y dos son tres.
Hablemos en serio, pero mientras viva la Pepa.