Política > Opinión
Niños en pobreza extrema, argentos y el corto plazo
POR REDACCIÓN
Por Néstor “Roly” Olivera
DIARIO HUARPE publicó ayer un informe alarmante por el que se estableció que 1 de cada 5 niños viven en extrema pobreza, según un trabajo de la OIT y la UNICEF. Son datos mundiales, pero la Argentina está por ahí.
De todas maneras, los argentinos al mejor estilo argento miraremos a otro lado, tal como si nada pasara, como repitiendo la historia de Malvinas; mientras nuestros hermanos morían, nosotros preocupados por ir a bailar y en el partido del domingo.
El primer dato económico de la Argentina es de 1885 y teniendo en cuenta la secuencia económica hasta hoy, llegué a una triste conclusión: HUBO RECESIONES CADA CUATRO AÑOS.
Con la lente positiva, miré la otra cara y fueron sólo TRES VECES las que crecimos cuatro años seguidos y a una tasa promedio del 4%. Todo esto en tan sólo 130 años.
Desde 1975 hemos tenido sólo 14 recesiones: Rodrigazo, Tablita, Plan Austral, Plan Primavera, Hiperinflación, Plan Bonex, Tequila, 2001, Corralón, etc.
La gestión económica de la Argentina es como el cigarrillo, te brinda una supuesta satisfacción ya para crearte varios problemas después, por eso digo que nuestra economía es VICIOSA, con vicios de nulidad absoluta; no se pueden corregir.
Una recesión es capaz de crear más de 300 mil desempleados, dos millones de pobres y aumenta la desigualdad en un 10%.
Desde que recuperamos la democracia tuvimos la hiperinflación como una máquina cierta creadora de pobres, luego la convertibilidad y la burbuja del “estar bien”; luego no tuvimos números, o estaban escondidos vaya a saber adónde, pero lo que no se podía esconder era la pobreza, aquella de más del 30% al final del 2015; y ahora, seguimos el carnaval.
Este camino duro que supimos construir los argentinos, es bien nuestro, tanto como el dulce de leche, Gardel y Maradona.
Ahora, y tal como lo digo siempre: ser argentino es ser recesivo.
Este fue el camino de la pobreza. ¿Culpables?
Mejor miremos hacia adelante, pero eso sí, señores dirigentes, hablemos en serio y trabajemos en serio.