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Cómo las ciencias del comportamiento ayudan a generar mejoras educativas

Especialistas de las ciencias del comportamiento, economistas, psicólogos, sociólogos y educadores dialogaron en el encuentro del lanzamiento de la primera Red Latinoamericana de Conducta Humana y Políticas Públicas.

POR REDACCIÓN

08 de octubre de 2017

Generar un impacto social positivo y que brinde beneficios a la comunidad. Esa es la premisa y el objetivo final. ¿Cómo se logra?

Hay múltiples áreas y estrategias para poner manos a la obra y pensar en el desarrollo de una sociedad con bienestar general en sus metas más importantes: educación, salud, trabajo.

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Pero en los últimos años, científicos y especialistas en conducta humana introdujeron el boom de las neurociencias y las ciencias del comportamiento para el diseño y la implementación de mejores políticas públicas en las sociedades.

En ese lineamiento, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), banco pionero en la financiación y de enfoques innovadores para la solución de problemas sociales, junto con la Fundación INECO, organización dedicada al estudio del comportamiento humano desde la perspectiva de la neurociencia y la ciencia cognitiva, lanzaron la primera “Red Latinoamericana de Conducta Humana y Políticas Públicas”.

La experiencia mundial ha demostrado que la aplicación de las ciencias de la conducta humana (en inglés, behavioural insights) impacta en un mejor diseño de políticas públicas, optimizando los resultados en desarrollo social, economía, salud y educación.

Así fue que más de 130 especialistas en el campo de las ciencias del comportamiento, economistas, psicólogos, sociólogos, educadores representantes de agencias no gubernamentales y también de servicios públicos y ministerios de varios países de la región se reunieron la semana última con motivo de este lanzamiento.

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“A través de la combinación de los descubrimientos de las neurociencias y las ciencias del comportamiento en el diseño y la implementación de mejores políticas públicas se puede lograr que las mismas sean más efectivas en los propósitos que persiguen”, manifestó el neurólogo Facundo Manes, presidente de la Fundación INECO.

Según el especialista, se puede mejorar la eficiencia energética, bajar las tasas de abandono escolar y aumentar el rendimiento, reducir el desempleo, o que la gente coma menos comida chatarra entre otras conductas preventivas en materia de salud, y al mismo tiempo aumentar la productividad y ahorrar recursos.

El éxito del Behavioural Insights Team (BIT) en Reino Unido ha inspirado a que un mayor número de países muestren interés en el uso de los principios de las ciencias de la conducta para diseñar programas y políticas públicas que resulten eficaces. Estados Unidos, los Países Bajos, Dinamarca, Australia y Singapur ya tienen su BIT.

En Latinoamérica la red conforma un grupo multidisciplinario de expertos que asesorará a los gobiernos de la región. Su lanzamiento es el puntapié inicial en el desarrollo de una agenda con perspectivas a nivel internacional cuyo principal objetivo es alcanzar impacto social a través de políticas que conlleven una comprensión más realista de la conducta humana.

¿Cómo el estudio de la conducta humana impacta sobre el diseño de políticas públicas en la niñez y vejez?

Ese fue uno de los interrogantes durante el evento que dio inicio a uno de los planes de trabajo, ya que la desigualdad social y la vulnerabilidad en Latinoamérica son perjudiciales en especial para los niños y los ancianos.

Sin embargo, aún no se había planteado ninguna iniciativa para integrar esfuerzos entre los países que afrontan problemas similares en nuestra región como así también plantear soluciones innovadoras para la salud de dichas poblaciones.

Para Agustín Ibáñez, director del INCYT (Ineco-Favaloro-CONICET y miembro del proyecto BID Behavioural Insight group for social protection and health policies: A life span approach), “el objetivo general es aplicar las ciencias del comportamiento a las problemáticas sociales y de salud en la niñez y la vejez para mejorar el impacto de las políticas en estas poblaciones”.

El experto aseguró que se han definido tres proyectos concretos: “La construcción de una institución regional pionera y aplicada al desarrollo social y de salud, la concreción de un programa de intervención para medir y mejorar la cognición y el lenguaje en niños en condiciones vulnerables, y llevar a cabo una plataforma clínica y de investigación para el envejecimiento patológico”.

Existen pruebas de que las políticas públicas en las que intervienen sesgos conductuales pueden ser mejoradas en base a las ciencias del comportamiento en distintos contextos debido a que toda la gente comparte los aspectos básicos de cognición, motivación, y conducta. No obstante, también se ha demostrado cierto grado de variabilidad en las conductas dependiendo de los diferentes contextos.

“Las políticas suelen asumir que para tomar decisiones las personas evalúan de forma racional toda la información, las ventajas y desventajas. Sin embargo, la mayor parte de las decisiones son automáticas, y están bajo la influencia de cada contexto”, explicó Manes.

El neurólogo aclaró que en el recorrido evolutivo nos transformarnos en bípedos, adquirimos el lenguaje y la memoria, pero también desarrollamos el sistema de toma de decisiones que es automático, guiado por la emoción del momento, o en experiencias previas, y en un contexto que cambia permanentemente. “El nacimiento de esta nueva Red nos demuestra que estamos frente a la evolución de las políticas públicas”, afirmó.

Florencia López Bóo, economista Senior en Protección Social del BID e investigadora en temas de Primera Infancia (y líder del proyecto Behavioural Insight group for social protection and health policies: A life span approach), aseguró que “para el BID y Fundación INECO es clave aunar fuerzas junto con la tarea de los gobiernos argentino, uruguayo y chileno en la promoción del bienestar de aquellos que más lo necesitan”.

Además, la experta aseveró que acciones como la conformación de esta Red “son pilares dentro de una estrategia más amplia de determinación para reducir la pobreza y mejorar la equidad social en nuestra región”. De la misma forma, la unión de esfuerzos con el BID reafirma uno de los pilares de Fundación INECO en cuanto a promover la investigación científica de impacto internacional en el campo de las neurociencias cognitivas humanas.

Por su parte, Simon Ruda, Director de Asuntos Internos y Programas Internacionales del Behavioural Insights Team (BIT) de Londres, quien hace años trabaja en las ciencias del comportamiento ligadas a las políticas públicas, explicó que “a la hora de realizar folletos para el cuidado del medio ambiente o para lograr que no se pintasen las paredes o no se arrojara basura en el suelo, no basta comunicar la prohibición o el error. En Guatemala enviamos cartas a quienes no pagaban los impuestos las cuales incluían el mensaje ´Guatemala te necesita´, hicimos foco en el error sino en que al pagar ayudarían a su país”, explicó Ruda, y agregó que en el campo de la salud y la educación también hay mucho por hacer.

Respecto a las grandes oportunidades para la educación a partir de la conjunción entre políticas públicas y las ciencias del comportamiento, el Ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, manifestó que es fundamental tener un proyecto que saque lo mejor de los chicos y se adapte a sus necesidades. “Siempre nos dijeron que teníamos que estar preparados para el futuro, pero a través de la escuela podemos crear el futuro”, aseguró el ministro.

FUENTE: INFOBAE
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