Acuerdo con el FMI: Alberto Fernández evalúa concesiones para minimizar el rechazo kirchnerista

A dos semanas del portazo que dio Máximo Kirchner a la conducción del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, el Presidente recuperó algo de calma al saberse acompañado, al menos en principio, por la bancada de Juntos por el Cambio (JxC) para conseguir en marzo la aprobación del acuerdo para la reprogramación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Que los votos pudieran estar para la ratificación, sin embargo, no lo deja del todo tranquilo. En la Casa Rosada temen que la abstención que dejaron entrever un grupo de legisladores fieles a Kirchner o, incluso, más reacios que éste al acuerdo con el Fondo pueda erosionar la necesaria unidad que el Frente de Todos demanda para dejar de tambalear y recuperar en adelante músculo político de cara a los comicios de 2023.

En este plano, se conoció que Fernández instruyó al flamante sucesor de Máximo en la jefatura del bloque, el santafesino Germán Martínez, para que se concentre en buscar la unidad de las corrientes oficialistas, sin "bajar línea", sino acudiendo a la "persuasión". Consciente de su debilidad, el jefe de Estado está dispuesto a abrir la cancha y mostrarse más receptivo a los planteos internos.

El mismo Martínez dejó trascender este fin de semana la estrategia con la que busca encarar el crucial debate que se aguarda para marzo. En un encuentro de la Corriente Nacional de la Militancia, que lidera el exministro de Defensa, Agustín Rossi, Martínez contó que habló con cada compañero de bancada y admitió haber recibido reclamos contra el titular de Economía, Martín Guzmán, y otras figuras del gabinete.

Para disolver las ansiedades, Martínez, a instancias del Ejecutivo, prometió que los legisladores tendrán toda la información sobre el acuerdo, en cuanto culmine la negociación técnica. También prometió "trabajar para conseguir la mayor cantidad de adhesiones", y prometió que de ahora en adelante no habrá "temas vedados". Por eso el Gobierno dejó deslizar la posibilidad de ampliar la agenda de temas para intentar disuadir a sus propios diputados que hoy rechazan el acuerdo.

Uno de los "renegados" confió a El Cronista que no acompañará la votación, excepto que el Gobierno discuta un salario básico universal "o alguna medida compensatoria" en transferencias a sectores postergados. De allí que no resultara a la ligera la propuesta de Rossi -que suena para volver al gabinete- de "dar un debate serio sobre el ingreso básico universal". 

Por: EZEQUIEL CHABAY