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Cultura y Espectáculos > DIVAS (CON FOTO)

Nacha Guevara y Moria Casán en una comedia con rumbo misterioso

POR REDACCIÓN

17 de febrero de 2020
Nacha Guevara y Moria Casán son las protagonistas de "La gran depresión", una comedia con dirección general de la primera, que se puede ver en el teatro Multitabaris y supone un encuentro explosivo entre dos poderosas divas. El espectáculo comienza cuando Moria visita a Nacha tras varios intentos de suicidio por parte de la segunda, que recibe a su amiga ocho años después de una gran pelea entre ambas y sentada en un inodoro: de hecho, al abrirse el telón el primer sonido que se escucha es la descarga del depósito. Es cierto que los personajes tienen sus nombres de ficción, pero Nacha y Moria son Nacha y Moria y eso es lo fundamental y lo que el público festeja y aplaude porque las actrices tantas veces vistas en tantos medios se corporizan efectivamente en el escenario. La acción se desarrolla en el departamento de Nacha, que la mujer no abandona nunca porque sufre una suerte de agorafobia que la aleja del mundo simple y llanamente por sus fracasos amorosos, en tanto Moria dice haberse recibido de psicóloga, al punto de prestar servicio en una unidad carcelaria de mujeres. Según la producción de la obra, la intención es armar una comedia "almodovariana" en la que prima el espíritu femenino, más allá de las edades, y esa sororidad evidente que alberga el cine del director manchego desde mucho antes de que se inventara la palabra. Lo clásico está en una de esas mujeres, disminuida por el sufrimiento perpetuo a causa de los hombres y la otra, superada y activa, que viene en su ayuda y de paso a curar las heridas de la vieja pelea -por cuestiones de pantalones, por supuesto- y el largo tiempo sin verse las caras. El humor enarbolado por la pieza no se caracteriza por lo delicado -el último fracaso del personaje de Nacha ocurrió luego de hacerse una operación estética (fallida) en sus zonas íntimas, lo que se menciona claramente más de una vez- y porque lo suyo es el perpetuo abandono masculino. Entre idas y venidas por el escenario -que aúna un dormitorio, una suerte de living, una cocina, un gran ventanal abierto y un inodoro ubicado en altura, como en la película "Parásitos"-, ambas actrices desgranan sus cuitas personales y no escatiman algunas puyas intencionadas, sobre todo Casán, e intercalan algún canturreo o pasos de baile. En el medio hay cambios de vestuario y algún chascarrillo acerca de las diferencias físicas -la fornida Moria se coloca una lujosa bata de la delgada Nacha y dice que siempre compartieron la ropa-, y hasta un inesperado "casamiento" de Nacha consigo misma, en lo que quiere presentarse como una autoafirmación personal y resulta todo lo contrario, pero así son las cosas en el curioso texto redactado por los españoles Félix Sabroso y Dunia Ayaso. Es muy difícil saber a dónde va la trama de "La gran depresión" una vez planteada la situación central: el desaliento de una y el aparente espíritu práctico de la otra se arrastran sin una curva dramática visible y todo depende del atractivo de las divas en escena, que a veces son seguidas por las luces sin razón palpable, quizá para llenar los 80 minutos que adquirió el espectador. Al punto en que en un atolladero de la acción, Moria toma su celular y amaga con llamar a los autores para solicitar que les escriban un final feliz, cosa que algunos espectadores entusiastas festejan con aplausos. Y nada más: queda por conjeturar qué habría pasado con "La gran depresión" y su dupla hace 20 o 30 años, si lo verosímil hubiera resultado tan frágil como en la actualidad, aunque es comprensible que, como se dijo, quienes pagan su entrada lo hacen para ver en carne y hueso a sus admiradas, hagan lo que hagan. Las funciones de "La gran depresión" en una de las salas del complejo ubicado en Corrientes 831, van de miércoles a viernes a las 21, sábados a las 20 y domingos a las 20.30.
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