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Opinión

Dialogar con datos: Pautas para mejorar la educación

Con el objetivo de comprender cuáles son las problemáticas que afectan a la educación, conversamos con Leyre Sáenz. Magíster en Economía, Profesora en la Universidad de San Andrés y Analista de Datos en Argentinos por la Educación, Leyre nos explicó cómo Argentinos por la Educación aporta soluciones a la política utilizando dos herramientas que están al alcance de todos: los datos y el diálogo.

Entrevistador: La relevancia de la educación en una sociedad radica en el desarrollo de las capacidades y aptitudes distintivas de cada estudiante, en su íntima vinculación con la movilidad social y, en última instancia, en el desarrollo de la vocación y la pasión inherente a cada chico. En este sentido, la primera pregunta tiene que ver con el porqué de la educación. ¿Por qué te dedicas a la educación? ¿Cómo llegaste a Argentinos por la Educación y cuál crees que es el aporte que realiza esta organización? 

Leyre Sáenz: Soy Economista, hice una Maestría en Economía, pero siempre tuve una vocación social. Como decías, la educación es un tema relevante, y más en nuestro país, que en los últimos años se encuentra en una situación cada vez peor. Conocí a Argentinos por la Educación escuchando una entrevista muy interesante que le hacían a uno de los chicos de la organización. Los seguí y me interesé por su propuesta. Vi que nacieron hace siete años en un contexto en el que no se hablaba de datos en la educación. 

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Argentinos por la Educación está conformado por tres grandes áreas: Acuerdos Gubernamentales, Campañas y Datos, sector en el que me desempeño actualmente. Respecto al aporte que realiza esta organización, Argentinos vino a cambiar la situación y a poner a los datos en un lugar de mayor relevancia bajo la siguiente idea: “lo que no se mide no se mejora”. Si no hay datos educativos y no se visibiliza lo que realmente requiere la situación del país, no es posible construir buenas políticas que permitan mejorar. 

Implementar el uso de datos en un área que no los tenía en cuenta es el principal aporte, pero no el único. A partir de los informes de base cuantitativa desarrollados con datos públicos, Argentinos por la Educación logró hacer esa traducción de datos a información concreta. Estos informes tienen el fin de llegar a las autoridades políticas y a personas de la sociedad civil. En resumen, la principal contribución de Argentinos por la Educación es facilitar la llegada de los datos y plantearse cómo construir una mejor política teniendo en cuenta lo que realmente necesita el país.

Entrevistador: La normativa que regula el financiamiento del sistema educativo está conformada por la Ley de Financiamiento Educativo, que estableció un umbral de inversión mínima en educación del 6% del PBI. ¿Cómo se ha implementado la ley a nivel nacional y cuál ha sido su impacto en las provincias? 

Leyre Sáenz: Como mencionas, en Argentina se acordó destinar el 6% del PBI nacional a la educación. Ahora bien, ¿cómo se divide el financiamiento? 3 de cada 4 pesos los gastan las provincias mientras que la nación gasta 1 de cada 4 pesos. Desde que salió la ley, únicamente en tres años (2009, 2013 y 2015) se cumplió la meta de inversión (6% del PBI), pero solamente en 2015 se alcanzó el nivel genuino de financiamiento puesto que antes se contaba Educación, Ciencia y Tecnología en el mismo campo. Entonces, desde 2006, sólo en tres años se cumplió la meta y únicamente en 2015 se destinó el total del 6% a educación. ¿Cómo se resuelve este problema? Antes que nada, es necesario poner a la educación en agenda. 

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Si no estamos financiando a la educación y el presupuesto no se ejecuta cómo corresponde, es evidente que hay otras prioridades. Creo que como sociedad no estamos poniendo a la educación en el lugar que se merece. Desde Argentinos por la Educación hemos relevado algunos informes, y cuando se realizan encuestas de opinión pública no se encuentra a la educación entre las principales preocupaciones de la sociedad. En general, ocupa el sexto o séptimo lugar, detrás de temas económicos como la inflación. Uno de los roles de Argentinos por la Educación es volver a poner en agenda a la educación y darle la importancia que se merece por lo que mencionaste al principio. La deuda educativa, si contamos desde 2006 hasta 2021, es de un 6% del PBI, es decir, el equivalente a no invertir en educación por un año. Esta situación es grave. 

El financiamiento conlleva otro problema. La repartición del gasto educativo es algo que no está contemplado en la normativa. El hecho de que las provincias aportan 3 de cada 4 pesos mientras que la nación sólo aporta 1 de cada 4 no está contemplado por la ley. Solamente se da en la práctica pero nadie dice cuánto debería gastar cada provincia. Sin embargo, regular estos gastos presupuestarios es muy difícil porque hay ningún marco, y al final del día no se logran coordinar estos esfuerzos. Es necesario decir de forma específica cuánto debería gastar cada provincia.

Entrevistador: El financiamiento de la educación se ha concentrado principalmente en fondos salariales, limitando la disponibilidad de recursos para otro tipo de programas educativos. ¿Cómo ha afectado esta concentración de recursos a la calidad y equidad educativa a nivel provincial? 

Leyre Sáenz: Creo que es posible realizar un gasto más eficiente en materia educativa. Muchas veces el financiamiento es una condición necesaria pero no suficiente. De hecho, con lo que tenemos se pueden mejorar muchas cosas. Uno de los grandes problemas de la educación en Argentina es la falta de información y datos. Si nosotros contáramos con acceso a la información completa, el presupuesto podría mejorar enormemente. Lamentablemente en Argentina no tenemos un sistema de información nominal, es decir, un sistema que agrupe toda la información de cada uno de los chicos, lo que sería como una especie de historia clínica basada en trayectorias escolares individuales con la que podríamos seguir trayectorias débiles y actuar en consecuencia. Esta es una de las banderas de Argentinos por la Educación.

La buena noticia es que esta situación está mejorando.  Actualmente todas las provincias transfieren sus datos educativos nominales al Ministerio de Educación de la Nación y entre 2021 y 2023 el porcentaje de matrícula nominalizada con el que cuenta Nación aumentó de 74% a 84%. Pero todavía falta mucha información. Sin embargo, con el mismo nivel de financiamiento, solo tenemos que realizar un mayor esfuerzo en trasladar los datos a la nación, porque ocurre que las provincias tienen sus propios sistemas de datos, pero no los hacen públicos. 

A partir del relevamiento de uno de nuestros informes surge que en tercer grado uno de cada dos chicos no comprende un texto básico. Volviendo a la importancia de los datos, la alfabetización es una urgencia. Si contamos con un espectro de información más completo podemos mejorar sin necesidad de aumentar el financiamiento. Hay que utilizar lo que tenemos, ordenarlo y hacerlo público para poder ver dónde dirigir estos esfuerzos de forma óptima.

Entrevistador: Cuando analizamos el financiamiento o lo que podrían ser métricas de inversión y esfuerzo educativo, vemos que las provincias suelen tomar caminos muy divergentes. ¿Crees que se podrían lograr acuerdos de política a nivel nacional y provincial? ¿Es viable considerando la situación actual?

Es evidente que tenemos diferencias provinciales. Sabemos que muchas de estas diferencias están correlacionadas con el nivel socioeconómico de la provincia, en particular la cuestión del aprendizaje y también del financiamiento que se destina o no a la educación. Creo que para solucionar esto es necesario resaltar un punto del que hablé varias veces en la entrevista: volver a poner a la educación en agenda. Esto funciona como una cadena que concluye en la construcción de acuerdos. Nosotros, a partir de la idea que mencioné al principio, que sin datos no se puede mejorar, tratamos de solucionar una situación puntual. Por ejemplo, tomemos el siguiente dato: uno de cada dos chicos de tercer grado no comprende un texto básico. A raíz de esto, nosotros presentamos el dato concreto y lo dimos a conocer por los medios de comunicación. Esto nos permitió lograr planes como la campaña de alfabetización inicial, que actualmente firmaron 16 gobernadores de distintas provincias y el presidente en funciones. Así, logramos que firmen un compromiso y que estén en contacto con nosotros para ver cómo lo logran.

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