Que las boletas partidarias estén rotas, no sean oficiales o que falten no son prueba suficiente de fraude. Tampoco lo es que un candidato logre 100% o 0% de votos en una mesa. El conteo que finalmente definirá quién será el próximo presidente de la Nación es el del escrutinio definitivo, que lo realiza la Justicia electoral, y no el escrutinio provisorio, que se informa el día de los comicios.