Cubiertos sanjuaninos y sostenibles para cuidar el ambiente

Le gusta la naturaleza desde que era chica. De hecho, a su corta edad empezó a pensar cómo se podía hacer para eliminar las botellas de plástico.

Ya adulta y cuando culminó su carrera como ingeniera agrónoma, Paula Itatí de la Vega Sánchez empezó a buscar soluciones con orden natural, empezó con su huerta orgánica y la producción derivó en Bioita, los cubiertos sostenibles hechos de caña.

“Con el excedente de la huerta comencé a hacer viandas de ensaladas para los almuerzos, en particular para la gente que trabaja en el centro y allí empecé a observar que tiraban la bandejita, los cubiertos y eso no iba con lo que yo quería transmitir”, recordó Paula.

 Así volvió a su casa y empezó a pensar en opciones. Primero una especie de palitos chinos, pero no fue hasta que hubo un incendio en los cañaverales al fondo de su casa en Albardón, que dio en forma fortuita con la caña como su materia prima para los cubiertos. “Empecé a probar y vi que además, si la gente las tiraba eran biodegradables”, dijo Paula.

Es así que en 2014 se buscó una socia, diseñadora industrial, y dieron forma al proyecto. Inicialmente los cubiertos estaban compuestos por cuchillo, tenedor y cuchara. Luego, cuando la dupla de trabajo se separó, Paula abrió su propio camino y solo quedo el tenedor y el cuchillo. La intención fue reducir todo al mínimo para mejorar los costos.

La joven acababa de ser mamá y quería posicionarse como líder en precios con su producto. Luego se sumaron otros, como los sorbetes de caña, e incluso un infusor para café o té. “Uno de los cubiertos se rompe en el nudo de la caña, allí vi que quedaba como un filtrito y dije, lo voy a aprovechar. Resultó mejor de lo que esperaba y lo incorporé a mis productos”; recordó.

Los beneficios de estos cubiertos, que, si bien pueden desecharse sin que ello signifique un daño al medio ambiente, es que son resistentes e impermeables.  “La caña produce lignina que es una especie de resina que la endurece y da firmeza, esta resina también la vuelve impermeable, una característica que valoro para mi producto”, explicó.

Dado este camino de aprendijaze con su emprendimiento personal, la joven ha sentado bases para a partir del año próximo comenzar a realizar estudios de la caña en la sede local del INTA. La intención es poder investigar los subproductos que pueden aprovecharse para ampliar el potencial. “Aquí en San Juan se usa mucho para los techos de cañizo, pero si pudiéramos ampliar las posibilidades también podría ser una opción para muchas personas”, cerró

En redes

En IG los productos pueden encontrarse como bioita.ok