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¿Por qué beber poca agua genera mal humor?

Además de sus beneficios para la piel y la cognición, un estudio de la Universidad de California descubrió que un nivel leve de deshidratación afecta el estado de ánimo.

POR REDACCIÓN

30 de diciembre de 2015

Según el Servicio Meteorológico Nacional, la última parte del 2015 y la primera del año entrante serán las semanas más calurosas del año. Muchas personas muestran signos de agotamiento, que además del agobio por la temperatura, son asociados al deseo de cerrar una etapa laboral extenuante.

Sin embargo, un nuevo estudio reveló que síntomas como desconcentración, desgano o mal humor no estarían relacionados al cansancio natural de fin de año, sino con la baja ingesta de agua en días de elevadas temperaturas.

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Investigaciones anteriores habían demostrado que las personas que beben menor cantidad de agua de la necesaria ven alteradas algunas de sus facultades cognitivas, como la memoria a corto plazo, la concentración, la atención y hasta el estado de alerta. De hecho, se considera que con un 2% de deshidratación ya se notan deficiencias tanto en la masa muscular, como en los niveles cognitivos.

Este nuevo estudio, liderado por la investigadora Nathalie Pross para la Universidad de California y publicado en la revista especializada PLOS One, comprobó que solo tener un leve cuadro de deshidratación, ya se pueden apreciar cambios en el estado de ánimo.

Son conocidos los beneficios del rol del agua a nivel celular, renal o digestivo, su participación para regular la temperatura corporal y eliminar toxinas, pero la gente en líneas generales ignora los que aporta sobre las funciones cognitivas como concentración, memoria o estado de ánimo“, explicó Silvia Jereb, miembro de la Asociación Argentina de Nutricionistas (AADYND) y Coordinadora allí del Grupo de Estudio de Nutrición y Neurociencias.

Hoy sabemos que tensión, dificultad para la concentración, fatiga y el mal humor pueden ser síntomas de deshidratación, pero son sencillamente prevenibles o reversibles bebiendo más agua“, agregó a Infobae Mirta Antonini, Licenciada en Nutrición e integrante de la Comisión Directiva de AADYND.

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Los detalles

La investigación evaluó el efecto en el estado de ánimo y las sensaciones fisiológicas como resultado de un cambio en el consumo de agua en dos grupos de individuos con diferentes hábitos de hidratación (de baja y de elevada ingesta de agua).

Se observó que aquéllos que incorporaban menos cantidad de agua, al incrementar su consumo, experimentaron efectos positivos significativos en las valoraciones de estado de ánimo y sensaciones como fatiga o letargo. De hecho, refirieron tener menos fatiga, confusión, somnolencia y menos sed.

En cambio, aquellos que tenían un hábito alto de consumo y lo redujeron, mostraron efectos negativos en el estado de ánimo: indicaron que esta restricción había impactado negativamente en su humor, ya que estaban más sedientos, impacientes, menos contentos y, en general, reportaron menos sentimientos positivos.

Los resultados de la investigación sugieren que un aumento o disminución en la ingesta de agua habitual tienen, respectivamente, una mejora o un empeoramiento en el estado de ánimo y sensaciones, dependiendo de los hábitos de consumo habituales de cada individuo“, explicó Jereb.

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