La fundadora de las Carmelitas Misioneras en San Juan cumplió 90 años

Por carisma, las Carmelitas Misioneras están llamadas a hacer realidad la ‘Comunión’ donde se encuentren. Para ellas es un desafío invitar a la humanidad a mirar al otro en su bondad, y la hermana Concepción lo logra día a día en Calingasta, más precisamiente en Barreal. Con sus recién cumplidos 90 años, su sonrisa y su paz llenan la casa donde habita junto a otras hermanas y el templo Jesús de Buena Esperanza en Barreal.

Concepción nació en Valladolid, España, pero dice sentirse más asturiana, debido a que toda su familia es de aquel principado europeo.

En 1950 y a los 30 años ingresó a la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Si bien sintió el llamado de Dios mucho antes, durante más de 7 años cuidó de sus padres enfermos.

“Después de unos años de noviciado en mi país, mi primer destino fue el Perú, estuve 2 años en Lima y 2 en Arequipa, luego me mandaron para la Argentina a hacer los votos perpetuos y aquí estoy”, recuerda esta misionera fundadora de la casa de las Carmelitas en San Juan.

“Llegué a Barreal el 12 de febrero de 1996, mi designio por ahora es quedarme acá y por eso estoy muy contenta”, agregó en diálogo con Radio Manantial de aquel departamento.

La hermana Concepción cumplió 90 años este martes y con esa gran sonrisa que la caracteriza, asegura estar muy bien. “Tengo los típicos achaques de los 90, nada más, pero estoy bien, con la ayuda de los caramelos (medicamentos) que tengo que tomar todos los días”.

“Todavía cocino, ya no madrugo tanto por el frío, pero a las 7.30 de la mañana ya estoy arriba rezando”, añade Concepción.

La hermana realiza labores en Cáritas en la Parroquia los domingos. “Estoy al servicio de la gente, mientras tenga fuerzas, estaré aquí, ya que para eso he venido”, finalizó.