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Yo construyo > A tener en cuenta

El techo blanco no siempre es una buena opción, enterate por qué

Existen varias maneras de decorar el techo de un hogar. Estas opciones permiten darle un aire espacial y personal a la casa.

POR REDACCIÓN

20 de noviembre de 2018

Una de las opciones más utilizadas en las casas es el techo blanco. Suele ser simple y neutro. Una decisión poco comprometida y que es muy válido para aquellos que no quieren arriesgar en la decoración de su hogar. Pero, existen otras opciones si se le quiere dar un aire espacial y personal al hogar.

Otras opciones:

1. Oscuro y elegante

Utilizar un color oscuro es algo arriesgado en la decoración de interiores domésticos, especialmente para un techo. Es que los colores oscuros absorben la luz, haciendo que los interiores sean menos luminosos. Pero los grises y negros tienen, por otro lado, la capacidad de crear espacios con un aire misterioso que le va muy bien a ambientes que quieren transmitir elegancia y sofisticación. Para lograrlo, debemos combinar muy bien la tonalidad del techo y las paredes con la del mobiliario y emplear para el techo un matiz más claro, como en la espectacular cocina que te mostramos en esta imagen.

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2. Techos con aplicaciones de madera

Esta solución ha sido muy empleada en ambientes clásicos, por lo que un techo con aplicaciones de madera tiene la capacidad de trasladarnos a otra época. Eso sí, necesitamos para ello una habitación con un cierto tamaño para proporcionar esa atmósfera tan característica que crea la madera.

3. Todo en Negro

Para utilizar un techo pintado todo en negro se necesita una habitación alta, ya que de lo contrario se generaría un ambiente sombrío y una sensación de agobio en la estancia. Conviene utilizarlo en contraposición a unas paredes, muebles y suelos que cuentan con colores claros y que utilizan tonos brillantes.

4. techos y paredes de color

Otro recurso habitual que se ha convertido en tendencia en las propuestas de los interioristas es el de emplear el mismo color para las paredes y el techo, de forma que se produzca una continuidad entre ambas superficies. De este modo se puede jugar con los límites del espacio o crear distintas zonas funcionales dentro de una misma estancia, como cuando se quiere diferenciar una zona de comedor dentro de un salón.

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