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Daniel Soria, el estudiante de psicología que creó un banco ortopédico para 25 de Mayo
Comenzó con un bastón de su abuela y hoy asiste a todos los vecinos de del departamento que necesiten su ayuda.
Por David Silva
Daniel Soria mira con una sonrisa que intenta disimular, pero que su mirada delata. Hace dos meses empezó un sueño con un bastón que le donó su abuela y que hoy, de a poco, se hace realidad. “No busco ser un ejemplo, solo busco incentivar a los jóvenes a este tipo de actividades. Quiero sentirme útil. Que el vecino pueda encontrar en mí una solución, que pueda contar su historia de vida y por mi parte conocer estas historias de superación y lucha”, dice el joven estudiante a DIARIO HUARPE.
Él tiene 26 años y abrió en su propia casa, ubicada en el departamento 25 de Mayo, un banco ortopédico que presta gratis sillas de ruedas, bastones, muletas y hasta marcos de lentes, entre otros, de forma gratuita. En las mañanas es albañil y en las tardes estudia psicología en la Universidad Católica de Cuyo y viaja en colectivo desde su hogar en el barrio Antonio Torres, en la localidad de Villa Santa Rosa, hasta esa casa de estudios. Le quedan siete materias para recibirse más su trabajo final y ya ha decidido a qué quiere dedicar su vida: a la salud mental de los adultos mayores y las personas con discapacidad.
“Soy un apasionado por el trabajo con adultos mayores y las personas con discapacidad. Me gustaría abrir una casa hogar donde los adultos mayores y personas con incapacidades puedan recibir una merienda, contenerlas y hacer trabajos recreativos. Es un anhelo a futuro”, dice el estudiante que ya está encaminado. “Trabajo como voluntario hace tres años realizando acompañamiento emocional en el Centro de Jubilados Luz Divina acá en 25 de Mayo que está a cargo de una trabajadora social”, destaca Daniel.
Fue este espíritu solidario que lo movilizó hace dos meses a crear ese banco ortopédico comunitario para los pobladores de su departamento. Él mismo se dio cuenta de la necesidad de las personas que necesitaban elementos ortopédicos, pero que por sus altos costos no podían conseguirlos. Y con la ayuda de su abuela de 76 años, quien le donó un bastón de tres patas y un vecino que le dio una silla de ruedas, comenzó a prestar los elementos a quien los necesite.
“Este trabajo lo hago solo y no recibo ayuda de ninguna organización ni del Gobierno. Solo de vecinos y de mi trabajo en redes sociales. Incluso hice una tómbola y vendí 100 números para comprar algunos elementos ortopédicos que me faltaban”, recuerda Soria.
Ahora busca no solo ampliar su inventario ortopédico, sino poder llegar a más gente. “En caso de ganar destinaría el dinero a comprar una camilla ortopédica y nebulizadores, que son muy caros y necesarios acá. También realizo otras actividades como llevar un regalo para reyes o navidad a chicos con discapacidad de escasos recursos y puntos alejados del departamento, como Puntal del Agua o Las Trancas”, cerró Daniel.
Llevándole una sonrisa a un niño o la posibilidad a algún sanjuanino de ponerse de pie aunque sea con un bastón, Daniel avanza a paso firme preparándose para asistir a su comunidad con el corazón y la tenacidad que lo caracterizan.