Donald Trump sobre el Cónclave 2025: “Me gustaría ser Papa”

En una de sus ya habituales declaraciones inesperadas, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este martes que le gustaría ser Papa. Lo dijo durante un encuentro con periodistas en la Casa Blanca, a pocos días del inicio del Cónclave 2025, que definirá al próximo líder de la Iglesia Católica tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril.

“Me gustaría ser Papa. Esa sería mi opción número uno”, expresó entre risas, en tono distendido pero sin perder la oportunidad de sumar una afirmación llamativa a su historial de frases virales. “Sería un gran Pontífice, créanme”, agregó con ironía.

Consultado sobre si tenía algún favorito para asumir el trono de San Pedro, Trump fue ambiguo, pero no dudó en elogiar a una figura cercana: “No sé, no tengo preferencia, pero debo decir que hay un cardenal de un lugar llamado Nueva York que es muy bueno. Veremos qué pasa”.

El señalado no es otro que el cardenal Timothy Dolan, actual arzobispo de Nueva York, quien representará a Estados Unidos en el cónclave junto a otros nueve purpurados norteamericanos. Dolan ya participó del Cónclave de 2013, donde el argentino Jorge Bergoglio fue elegido como papa Francisco, y recibió en aquella ocasión dos votos en la ronda inicial.

Figura conocida en los círculos vaticanos, Dolan es apreciado tanto por su perfil pastoral como por su capacidad de diálogo, aunque no figura entre los favoritos de los sectores más conservadores. Aun así, el respaldo público –aunque informal– de Trump podría poner su nombre nuevamente en el foco.

Además de Dolan, dos nombres sobresalen entre los cardenales estadounidenses presentes en el cónclave:

• Raymond Burke, conocido por su postura tradicionalista, es una figura destacada en los sectores más conservadores de la Iglesia. Su visión doctrinal estricta lo ubica como un potencial contendiente, aunque con menos consenso general.

• Robert Prevost, nombrado por el papa Francisco como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, es fluido en español y representa un perfil más afín al legado de Francisco. Su presencia, aunque menos mediática, es altamente valorada dentro de la Curia romana.

Con diez cardenales electores, Estados Unidos se posiciona como una de las delegaciones nacionales más importantes dentro del cónclave, detrás de Italia y a la par de países como Brasil y España. Su peso no solo es numérico, sino estratégico: el bloque norteamericano suele articular posiciones clave en los debates internos del Colegio Cardenalicio.

Aunque su afirmación de querer ser Papa fue claramente una broma, la frase de Trump volvió a ponerlo en los titulares globales. En un contexto solemne para la Iglesia, su intervención no pasó desapercibida y volvió a confirmar que, aun fuera del poder formal, su figura sigue siendo capaz de alterar la agenda pública con solo una frase.