POR REDACCIÓN
31 de octubre de 2019
El Departamento del Interior (DOI) de los Estados Unidos ordenó bajar a tierra su flota de más de 800 drones, una de las más grandes del Gobierno, por el temor de que puedan transmitir a China imágenes o videos de instalaciones críticas que pudieran usarse en futuros ciberataques. Se trata de los vehículos aéreos autónomos que el organismo usa para tareas como combatir incendios forestales, inspeccionar la erosión de los suelos, monitorear especies en peligro o comprobar el estado de presas, y que están fabricados en China o tienen partes hechas en el país asiático. El secretario del Interior, David Bernhardt, señaló que los drones permanecerán en tierra hasta que el Departamento complete una revisión de los posibles riesgos que suponen esas partes para la seguridad nacional, sostuvo el portavoz Nick Goodwin en declaraciones citadas anoche por The Wall Street Journal. Se harán excepciones para situaciones de emergencia, incluidos los desastres naturales o cuando haya vidas amenazadas, aclaró el vocero. La noticia se conoce en plena disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, marcada por el temor de Washington a que el gigante la asiático espíe a través de los productos tecnológicos de sus empresas. Bajo esa sospecha, a mediados de mayo incluyó a la gigante de las telecomunicaciones Huawei en una lista negra que prohíbe a las compañías estadounidenses venderle suministros, lista en la que luego incorporó a fabricantes chinas de cámaras de vigilancia, institutos de investigación y empresas de inteligencia artificial. El mes pasado, un grupo de legisladores de ambos partidos presentó un proyecto de ley para prohibir a las agencias del gobierno federal la compra de drones fabricados en China y de cualquier otro país que se considere un riesgo de seguridad nacional. Ya en 2017, recordó The Wall Streel Journal, el Departamento de Seguridad Nacional había advertido que el fabricante de drones chino DJI apuntaba "selectivamente a entidades gubernamentales y privadas (...) para expandir su capacidad de recopilar y explotar datos confidenciales de Estados Unidos". En un comunicado difundido ayer, la empresa asiática se manifestó "decepcionada" por la decisión. "Hemos trabajado con el Departamento del Interior para crear una solución confiable y segura para drones que cumpla con sus rigurosos requisitos, que se desarrolló en el transcurso de 15 meses con funcionarios del DOI, profesionales independientes de ciberseguridad y expertos de la NASA", detalló. Los drones del Departamento realizaron más de 10.000 vuelos durante 2018 como parte de su trabajo para supervisar alrededor de 202 millones de hectáreas, así como para tareas de rescate.
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