El negocio de reventa de la "12" y los vínculos con las hinchadas rosarinas

El reciente escándalo de reventa de entradas por parte de La Doce, la barra brava de Boca Juniors, ha puesto en el centro de la escena las relaciones turbas en el fútbol argentino. En menos de dos horas, se agotaron las localidades para el partido de la Copa Argentina contra Gimnasia, mientras miles de hinchas se quedaron sin tickets debido a problemas en el portal de venta. Sin embargo, La Doce aseguró su acceso, vendiendo entradas en redes sociales y haciendo uso de su influencia para garantizar un acceso exclusivo.

La Doce se aseguró 600 entradas habituales y un talonario adicional para revender en la previa del partido en el Coloso Marcelo Bielsa. Esta práctica no es nueva; se ha convertido en una política común entre las barras de fútbol en Argentina. Mientras que los hinchas intentan comprar boletos a través de la página oficial, los miembros de la barra aprovechan su privilegio, utilizando múltiples carnets que alquilan para obtener más entradas de las permitidas.

Además, La Doce mantiene lazos con las barras de Rosario Central y Newell's. Aunque la relación es más cercana con Los Leales de Estudiantes, existen conexiones que pueden generar tensiones en el partido. La seguridad ha tomado precauciones, redirigiendo a las barras por rutas menos concurridas para evitar posibles enfrentamientos. Con un operativo de seguridad que incluirá 850 efectivos, el riesgo de conflictos sigue latente.

La venta de entradas no solo afecta a los hinchas, sino que también revela un entramado más profundo de corrupción y violencia en el fútbol argentino. La Doce no solo opera en partidos de Boca, sino que también maneja entradas para ver a la Selección Argentina, lo que demuestra su poder en el ámbito del fútbol. La relación con los narcos y el uso de abogados vinculados a actividades delictivas resalta la complejidad de la situación.