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Esta semana llegarán a San Juan 30 dispositivos duales para violencia de género
Actualmente hay 14 en la provincia.
Por Eliana Ruiz
Esta semana llegarán a la provincia 30 dispositivos duales que ayudarán a controlar la violencia de género. Cada equipo contiene una pulsera electrónica, que es la que utiliza el agresor, y un dispositivo similar a un teléfono que lo tiene la víctima.
Desde San Juan solicitaron a Nación 90 de estos dispositivos y los que van a llegar lo hacen a cuenta del número pedido. Éstos se sumarán a los 14 que hay actualmente y se irán colocando de forma gradual, de acuerdo a cómo lo vaya solicitando la Justicia.
En cuanto al monitoreo, lo hacen desde el Centro Integral de Seguridad y Emergencias. “Se monitorean ambos dispositivos las 24 horas los 365 días del año. Quienes hacen el monitoreo tienen mapas y están viendo en tiempo real a las 14 parejas, ven dónde se están desplazando cada uno”, explicó al respecto Emanuel Torés, director del Cisem.
Las pulseras están programadas para que el agresor mantenga al menos 500 metros de distancia. Si no la respeta se activa una alarma y desde el organismo le llaman a las dos personas, víctima y agresor, para advertirles la situación. Mientras que, si él atraviesa los 400 metros, lo detienen de forma preventiva. “Esto pasó bastantes veces”, informó Torés.
Aunque, en ocasiones el acercamiento es de forma involuntaria, ya que ambos pueden encontrarse en el mismo supermercado, en el centro y demás lugares.
Torés comentó que son muchos los agresores que se enojan cuando les colocan esta pulsera electrónica, pero explicó que “no entienden” que el dispositivo es un beneficio que se les da porque, de lo contrario, “tienen que estar adentro de un calabozo”, así que, usarlo es la única manera en la que estas personas pueden estar en libertad.
“Hasta el momento han sido muy efectivas, desde que estamos con este sistema nunca el agresor pudo llegar hasta la víctima”, sostuvo el director del Cisem.
La diferencia con las pulseras electrónicas
Las pulseras electrónicas que llevan quienes cumplen arresto domiciliario se las colocan a los delincuentes y en sus casas instalan una base que va atornillada y controla que él no se aleje de determinado perímetro. Según explicó Torés, “adentro de su casa y hasta el jardín va a andar bien, si se va a de ahí salta la alarma”.