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Opinión > Análisis

Historias de quienes están transformando la educación

Educar a niños, niñas y adolescentes requiere del trabajo conjunto de los diversos actores que conforman su entorno: la escuela, la familia, el barrio, las organizaciones por las que transitan.

“Para educar a un niño, se necesita a la tribu entera”. Detrás de este proverbio africano se esconde el verdadero desafío de la educación. Educar a niños, niñas y adolescentes requiere del trabajo conjunto de los diversos actores que conforman su entorno: la escuela, la familia, el barrio, las organizaciones por las que transitan.

Ashoka cuenta con una red de más de 3500 emprendedores sociales alrededor del mundo que son verdaderos generadores de cambio. Entre las habilidades que se destacan y son comunes a todos ellos, se encuentran la empatía, el trabajo en equipo, el nuevo liderazgo y la iniciativa emprendedora. La educación debe fomentar estas habilidades desde la primera infancia y continuar haciéndolo también con jóvenes y adultos. Para lograrlo es fundamental que la educación no esté solo en manos de la escuela, sino, insistimos, en el trabajo conjunto de Estado, familia y sociedad civil.

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En Argentina, Ashoka nuclea cerca de 70 emprendedores sociales, muchos de ellos liderando proyectos en el ámbito educativo. Cada uno de estos proyectos encuentra sentido cuando se articula con la escuela y el Estado. Con la escuela, para llevar adelante acciones directas con estudiantes, familias y docentes. Con el Estado, para incidir en políticas públicas vinculadas a sus áreas de acción.

Tal es el caso de Fundación Aiken, liderada por Aldana Di Costanzo, quienes desarrollaron una metodología para el acompañamiento de niños, niñas y adolescentes en duelo porque han perdido a su padre, madre o hermano. Entre otras actividades, ofrecen capacitaciones a docentes para que estén preparados para contener y atender las necesidades particulares de estos niñas y niñas.

Otro ejemplo es la iniciativa Transformar la Secundaria, de Fundación VOZ, cuyo director es Alberto Croce. Ellos llevan adelante encuentros multisectoriales en los que se escuchan las voces de todos los actores que conforman la escuela secundaria: estudiantes, docentes, padres, sindicatos, gobierno. Juntos llegaron a desarrollar ocho “banderas de transformación” fundamentales para promover un cambio profundo en la escuela secundaria. Estas “banderas” promueven transformaciones en los equipos directivos, en la asignación de cargos docentes y en la vinculación de la escuela con la comunidad, entre otras cuestiones.

También podemos mencionar el Circo del Sur, iniciativa fundada y dirigida por Mariana Rúfolo, que brinda espacios recreativos de enseñanza y aprendizaje en artes circenses, promoviendo el autoconocimiento y la autoconfianza, trabajando en equipo y desarrollando habilidades que les permiten a los jóvenes desenvolverse en la vida de manera segura y en busca de alcanzar sus objetivos.

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La Guía Egreso es una iniciativa de Doncel, organización liderada por Mariana Incarnato, que trabaja con jóvenes egresados del sistema de cuidado, ayudándolos en su inserción en la sociedad una vez que cumplen la mayoría de edad y deben abandonar los hogares. Promueven el aprendizaje entre pares, posibilitando que jóvenes que han pasado por esta situación hace unos años, puedan acompañar a otros jóvenes en este recorrido.

También podemos mencionar la Asociación Civil Canales, creada por Silvana Veinberg para que los niños sordos accedan a una educación de calidad a través del desarrollo de proyectos educativos y la elaboración de materiales educativos accesibles, entre otras acciones. O el caso de Chicas en Tecnología, cofundada por Melina Masnatta junto con su equipo, que lleva adelante talleres de tecnología para chicas adolescentes en escuelas secundarias.

La lista de emprendedores y proyectos en las áreas de educación es larga, y de cada iniciativa pueden tomarse buenos ejemplos de cómo trabajar de forma colaborativa, involucrando diversos actores, y poniendo en primer lugar al niño, niña o adolescente tomando en cuenta sus particularidades y su entorno. Solo armando “tribu” para atender las necesidades de cada niño y niña, podremos lograr un verdadero cambio en la educación.

*La autora es coordinadora de Juventud y Educación Transformadora en Ashoka Argentina, Uruguay y Paraguay.

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