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Homicidio en Juan XXIII: el antecedente similar que involucró a un trapero
Este miércoles asesinaron de un disparo a un joven de 24 años en Juan XXIII. Un antecedente similar, en un barrio colindante, ocurrió hace casi cuatro años, en agosto de 2021, cuando un trapero mató a su rival en medio de una pelea entre bandas.
POR REDACCIÓN
Tras una gresca entre familias vecinas, un joven de 24 años murió de un disparo en la cara. Un rival, que ahora está prófugo, le pegó un tiro certero en el ojo y el chico murió al ingresar al hospital Guillermo Rawson. El hecho sucedió en Juan XXIII, Chimbas, y acarrea un antecedente similar ocurrido hace casi cuatro años, en un barrio colindante. En esa oportunidad, un trapero amateur mató a su rival también de un disparo tras una pelea entre bandas.
En la siesta de este miércoles, un hombre con un arma de fuego calibre 22 disparó al menos unas cuatro veces (la cantidad de vainas encontradas en el lugar) contra la víctima, un tiro fue en el ojo y produjo la muerte de quien en vida se llamara Jorge Rodrigo Romero de 24 años. Ahora, hay un acusado de apellido Carrizo en fuga.
Antecedente
El crimen ocurrió durante la tarde del domingo 29 de agosto de 2021, cerca de las 18 horas, en Villa del Sur. Allí hubo una supuesta pelea entre bandas en donde el trapero Nahuel Guardia Sosa le terminó disparando desde el techo de su vivienda a Emiliano “Pochi” Maurín, vecino de la zona: aproximadamente los separaba dos cuadras.
El joven quedó tendido en el suelo rodeado de un charco de sangre. Si bien fue trasladado en un auto particular hasta el Hospital Báez Laspiur, el joven llegó sin vida. Luego del trágico desenlace en la villa se armó una batalla campal que movilizó a diferentes facciones de las fuerzas de seguridad para contener a los vecinos.
El trapero Nahuel Guardia Sosa, de 19 años, fue condenado por el Sistema Acusatorio en diciembre de ese mismo año. La Justicia calificó el accionar del implicado dentro de la figura de homicidio calificado por el uso de arma de fuego. Por su tipificación acordaron darle 10 años y ocho meses de prisión, aunque como el imputado ya tenía una condena condicional en suspenso, la pena se elevó a 11 años y seis meses, que cumple en el penal de Chimbas.