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Jardines secos: la alternativa responsable

La provincia de San Juan atraviesa por una gran crisis hídrica y, debido a la ausencia de nevadas y el retroceso de las napas freáticas, todo indica que aún restan varios años más para que cese. Es tiempo, entonces, de tomar conciencia sobre el valor de agua como recurso finito y generar cambios que ayuden a conservarla.

POR REDACCIÓN

01 de septiembre de 2022

Comienza el mes de la primavera y el jardín se transforma en el espacio favorito de la casa. Durante algunos meses es probable que este rincón del hogar haya estado olvidado, aunque el buen tiempo que comienza causa que muchas personas corran a los viveros para renovar su verdor. El punto es que este año es diferente a los anteriores. San Juan se encuentra ante un periodo de escases hídrica que implica replantearse el uso del agua en las tareas cotidianas, incluso, el riego. Esto es así porque, como los números indican, los sanjuaninos consumimos mucha más agua de la que deberíamos. Mucho más que la media a nivel mundial. Hoy en día, las plantas de hojas grandes, por ejemplo, son furor y en muchas casas se pueden ver ornamentando los patios. Lo cierto es que ese tipo de especies son características de climas tropicales y, por esa razón, tienen requerimientos hídricos mayores. Ni hablar en verano. Lo mismo sucede con el césped ¿pensaste cuánta agua se necesita en la época estival para mantener el pasto verde? Sin lugar a dudas, es mucha.

Ante la perspectiva del cambio climático, reformular la manera de entender y diseñar nuestros jardines es ineludible. En este sentido, la arquitecta Laura Cocinero, directora del estudio UNOENCIEN, propone una alternativa para disfrutar del verde y, además, cuidar el medio ambiente: los jardines secos. Básicamente se trata de un jardín sin riego, pero para ello “hay que estudiar muy bien la selección botánica que debe componerlo”, pues su crecimiento y desarrollo dependerá casi exclusivamente de las condiciones naturales de su entorno.

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La xerojardinería (es decir, diseñar y construir jardines con bajo consumo de agua) requiere de un mayor conocimiento botánico, aunque, como explica la arquitecta “también es algo que podemos realizar y diseñar con nuestras propias manos y buscando la información pertinente a cada especie y sus requerimientos”.

Su aspecto estético

En cuanto a la estética, cuando hablamos de jardines secos se nos viene a la mente la grava, los cactus y un aspecto minimalista, pero, como afirma la especialista, “esto no tiene que ser así necesariamente”. En este sentido, se trata de observar la flora autóctona del lugar en el que vivimos y pensar cómo incluirla de manera armónica en el espacio a diseñar. “Se puede crear un jardín seco con un estilo contemporáneo y también otro más desestructurado, siguiendo la onda Boho, tan de moda en estos tiempos”, explica Laura. En el primer caso, las líneas limpias deben primar, el orden y la geometría. En el segundo, la naturaleza puede lucir un aspecto más silvestre, lo que implicará menor mantenimiento.

Sirviéndonos de la flora autóctona como inspiración, se puede combinar vegetación de follaje plateado, aromáticas, especies más livianas que se agitan con la suave brisa, cactus y suculentas de porte arquitectónico, plantas que aporten distintos tipos de verde y árboles que nos brinden su sombra. Es decir, la escasez de agua no es la excusa para renunciar a un jardín atractivo, todo lo contrario. La crisis nos invita a dar rienda suelta a la imaginación y el diseño para lograr un verdadero espectáculo de texturas, formas y colores.

La combinación con otros materiales como la grava, la piedra, el cemento y la madera, entre otros, permitirá crear espacios cómodos y habitables, además de aportar belleza extra.

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Manos a la obra

Tanto en el interior como en el exterior, a la hora de crear un jardín de estas características es importante estudiar el lugar donde se va a incluir para determinar, entre otras cuestiones, la exposición a luz solar, el tipo de suelo y la función que se le dará al espacio. Sobre este último punto, si se desea que todo el espacio verde de la casa cumpla con las premisas de la xerojardinería, habrá que idear caminos y rincones que permitan transitar y permanecer en el espacio sin que resulte incómodo.

Se puede crear un rincón para comer un rico asado bajo la sombra de una pérgola, un deck de madera para tomar sol o un camino utilizando piedra laja de forma horizontal que nos ayude a conectar los espacios, por ejemplo. El secreto está en combinar materiales, texturas y formas para lograr un diseño armónico e interesante. Las fuentes de agua, incluso, son una buena opción para darle un toque fresco al ambiente.

Por lo general, los jardines secos requieren menor mantenimiento que los tradicionales, pero, de igual modo, hay algunas cuestiones a considerar para que su diseño perdure. El “acolchado” del suelo es uno de ellos, pues ayuda a mantener la humedad y evitar que crezcan malezas indeseadas. Normalmente se realiza con grava, aunque también se puede hacer con otro tipo de materiales. La grava es un elemento que va muy bien con la estética del jardín seco que además sirve para cubrir caminos y senderos. Es pesada y se mueve poco. Una vez extendida, nos evitamos el trabajo de mantenerla en su lugar después de un día de fuertes vientos o lluvia. “Las piedras son una excelente alternativa para agregar color. Vienen en diferentes formas, tonos y tamaños. El travertino, tan común en la provincia, es muy accesible y queda muy bien”, explica Laura Cocinero a lo que añade que, a la hora de desear realizar algún diseño que combine distintas piedras o colores, lo ideal es cubrir antes el suelo con alguna tela o malla para conseguir un acabado más limpio y evitar que las piedras se ensucien o crezcan hierbas. Los perfiles de aluminio, por su parte, pueden utilizarse para mantener los límites y que los diferentes colores de piedras no se mezclen.

El acolchado con materia orgánica es otra opción adecuada para cubrir el suelo bajo las plantas, aunque es importante considerar que conllevará más trabajo de mantenimiento. Estos materiales, al descomponerse, se deshacen y mezclan con el suelo, por lo que habrá que reponerlos. Además, al ser componentes ligeros se pueden volar con vientos fuertes y llegar a los caminos u otras zonas donde no queremos que estén.

El jardín seco es un tipo de jardín perfecto para plantar en suelos pobres. Para comenzar, es conveniente mejorar un poco el terreno incorporando un poco de compost. Pero solo un poco ya que si se enriquece demasiado se estimulará un crecimiento verde exuberante que necesitará más agua. No hay que cavar y remover la tierra, cada planta se debe plantar de manera individual y enriquecer el suelo en el fondo para que las raíces se mantengan todo lo posible dentro de su propio hoyo. De este modo el crecimiento también se contiene y el requerimiento hídrico es menor.

Plantas que resisten la sequía

Las mejores plantas para incluir en un jardín seco son aquellas que no necesitan de riego. Para ello, las especies autóctonas serán esenciales, pero no las únicas que se pueden incluir. Las plantas de hojas pequeñas, con tonalidades plateadas y las de follaje suculento suelen ser buenas candidatas. Las plantas aromáticas son buenas opciones: romero, lavanda, tomillo, etc.; pero hay muchas otras: agapantos, osteospermum, cerastium, alliums, etc.

¿Qué tipo de bosque habría aquí si no se hubiese hecho esta ciudad o urbanización?”. La pregunta anterior puede servirte de ayuda a la hora de elegir la vegetación.

¿Hay que reunciar totalmente al césped? No es necesario. Si bien en la xerojardinería se recomienda que no se incorpore en el diseño porque requiere de mucho cuidado, puede incluirse en una menor extensión.

Adiós riego, ¿para siempre?

Es importante considerar que hay periodos en los que las plantas crecen y, por muy resistentes que sean, sí necesitaran agua. En algunos momentos, sobre todo al inicio, será necesario efectuar riegos profundos que ayuden a sobrellevar etapas especialmente sensibles durante el crecimiento y progreso del jardín. Luego, el mantenimiento lo hará la naturaleza.

Sobre este aspecto, dice Laura: “hay que plantar las especies apropiadas y en la época del año apropiada para que aprovechen las lluvias. Los primeros veranos pueden hacer falta algunos riegos ocasionales para asegurar la supervivencia. Es bueno que estos riegos estén espaciados en el tiempo y asegurarse de que el agua llega a las raíces”.

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