Piscina impecable, sin cambiar el agua

Los especialistas aseguran que la crisis hídrica en la provincia durará algunas décadas. Esa afirmación, sumada a los conflictos que ya se avizoran en relación a la falta del líquido vital, ponen en jaque el uso recreativo del agua. Pensemos en lo siguiente: para llenar una pileta pequeña (de 6 metros de largo por 3 de ancho) se requieren 27 metros cúbicos de agua. ¿Cuánto se podría regar con ese líquido? En realidad, no mucho, algo así como 270 metros cuadrados de un campo de alfalfa, por ejemplo, en caso de riego por inundación y un poco más si es por goteo. Lo cierto es que, si se suman todas las piletas de la provincia y, además, se considera que el agua de las mismas se cambia más de una vez por año, ahí si el número es importante.

Mientras esté permitido el uso de las piletas particulares, el secreto para un uso responsable del agua está en mantenerla limpia, cristalina y sana sin necesidad de cambiarla. Incluso, puede utilizarse el mismo líquido durante más de una temporada.

Aunque la afirmación anterior parezca imposible en una temporada caracterizada por las altas temperaturas, vientos y lluvias, la realidad es que la fórmula existe y solo requiere algunos conocimientos básicos, unos pocos elementos y químicos y constancia.

Según los especialistas, el mantenimiento se puede dividir en tres aspectos: físico, químico y humano. El físico está relacionado con la calidad del agua producto del funcionamiento del sistema del filtrado. El químico refiere a los productos que se colocan en el agua como el cloro, salinización, ionización y decantadores. El humano es el tiempo que se le dedica al barrido del fondo de la pileta y la limpieza superficial de bichitos y hojas que puedan. Una combinación equitativa de estos tres factores asegurará una pileta en condiciones óptimas para disfrutar durante todo el verano.

Para realizar el mantenimiento habitual de la piscina son necesarios algunos elementos como mangos telescópicos, limpiafondos y mangueras. En el caso de contar con algunos pesos y querer ahorrar tiempo, existen robots limpiafondos que resuelven la tarea por sí solos. Además de lo anterior, son necesarios diferentes productos químicos, cuyo uso va a depender del estado de la piscina.

Las pastillas triple acción, que se colocan en el agua dentro de boyas flotantes y ayudan a mantener el agua, se colocan de a una cada 15 mil litros de agua, por semana. En el caso del cloro y regulador de PH, se utiliza un litro por el mismo periodo de tiempo. En cuanto al cepillado, este debe realizarse al menos una vez por semana de manera completa, es decir, paredes y piso.

¿Se puede recuperar el agua cuando está verde?

Durante un invierno sin mantenimiento, es común que el agua se torne de color verde, puesto que lo más probable es que hayan comenzado a crecer algas dentro. Aunque parezca imposible, este inconveniente tiene solución.

En primer lugar, es necesario utilizar un kit de análisis químicos para examinar los niveles de pH del agua y así determinar la extensión del problema. Cuando los niveles están por debajo de 1 ppm, se crea un ambiente favorable para que crezcan algas en la piscina y se transforme el agua de cristalina a verde. Cuando esto sucede, es necesario añadir ciertos químicos para matar las algas y restaurar los niveles de pH adecuados.

Para equilibrar la química de la piscina Antes de tratar la piscina, se debe agregar ácido, hasta elevar el nivel de pH a alrededor de 7,8.

Luego del paso anterior, es importante el cepillado completo de la pileta y el uso de la paleta para limpiar toda suciedad superficial que pueda obstruir el filtro. Una vez realizada esa tarea, el filtrado a tiempo completo es fundamental, hasta que la algas hayan desaparecido.

Se denomina tratamientos de choque a aquellos que tienen altos niveles de cloro que acaban con el alga y desinfectan la piscina. Para lograr que la pileta esté en perfectas condiciones se debe elegir un tratamiento de choque poderoso, con alrededor de 70 % de cloro, el cual es suficiente para manejar altos niveles de bacterias y algas.

¿Por qué es importante medir el pH del agua?

El pH es uno de los parámetros más importantes del agua de la piscina. Mantenerlo en óptimas condiciones te permitirá disfrutar de un agua cristalina con un menor mantenimiento. El pH es la medida del grado de acidez y alcalinidad del agua. En una piscina, este valor puede oscilar entre 7,2 y 7,6, pero debemos actuar si vemos que se sale de este rango.

En este sentido, es aconsejable medir los valores cada pocos días, con el objetivo de obtener niveles estables, especialmente después de una tormenta, debido a que la lluvia tiende a aumentar el pH. Es igualmente importante comprobar los niveles cuando ha habido muchos bañistas en la piscina, ya que eso también puede alterar los valores normales.

Cuando se detecta que el pH está bajo, es necesario usar un incrementador para recuperar el nivel. Del mismo modo, cuando los niveles suban demasiado, un reductor de pH corregirá su valor. En caso de tener que corregir el valor de pH, hay que añadir el producto corrector de forma gradual y esperar unas horas antes de volver a medir su valor, siempre con el filtro funcionando. Para eso, es importante seguir siempre las instrucciones del fabricante y añadir la cantidad correspondiente en función del volumen de agua de nuestra piscina.

Datos útiles sobre el pH:

• El nivel adecuado esta entre los 7.2 y 7.6
• Es necesario realizar mediciones cada 3 o 4 días, para ello son útiles los kits domiciliarios que venden en las tiendas. Particularmente, es importante tomar muestras luego de días lluviosos o de mucho calor.
• Un pH muy alto provoca irritaciones en la piel y agua turbia.
• Un pH muy bajo provoca irritaciones y presencia de algas.