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Sandra, la sanjuanina que “de todo corazón” da de comer a más de 60 chicos en Caucete
Tiene 54 años. Dice que todo lo aprendió de su padre. Busca ganar para comprar más bancos y alimentos para su comedor.
POR REDACCIÓN
“De todo corazón”. Así es el nombre del comedor que tiene Sandra Beatriz Quintero, una sanjuanina que durante la semana alimenta a más de 60 chicos en el barrio Oscar Raúl Gómez, departamento Caucete. Sin embargo, el nombre no es una casualidad. Ella se entrega diariamente a su comunidad para transformar la realidad que los rodea y poder darles algo para comer a los más pequeños.
Su tarea comenzó el 8 de marzo del año pasado. Sandra vio que la gente tenía “muchas necesidades”. Ahí movilizó a toda su familia y conformó el comedor.
No tan solo recibe a chicos de su barrio, sino que algunos de los asistentes son de zonas aledañas. Este lugar no tiene barreras y asegura que las puertas están abiertas para recibir a todos los niños que estén pasando por algún momento difícil.
“La gente es muy buena, muy colaboradora. Los chicos nos agradecen mucho”, contó la encargada del comedor.
Sandra explicó que todo esto se lo debe a su padre, Santos. De él aprendió el cariño para con los niños. Todas las fechas clave dentro del calendario (Reyes Magos, Día de las Infancias y Navidad) su papá se la rebuscaba para acercarle a cada pequeño un regalo. Por más mínimo que haya sido en muchas ocasiones esos presentes, el hombre se ganó el cariño de su comunidad. Ese legado ahora lo tiene su hija.
Con la pandemia de coronavirus, el año les fue “difícil”, según lo que comentó. Al no estar habilitadas las escuelas, pese que el Gobierno entregó los módulos alimentarios, Sandra recibió a más niños que iban a tomar una taza de leche con algunas facturas.
El salón donde actualmente está el comedor se lo prestó su suegra, Olga Pereyra. La dueña de casa está “muy feliz” de recibir todos los días a los niños. Dice que son su compañía para seguir adelante en la vida.
Junto a Sandra, algunas mamás de la zona colaboran con la cocción de los alimentos. La rutina comienza principalmente los días sábados cerca de las 6 de la mañana. Luego hacen viandas y las reparten para evitar violar los protocolos sanitarios. Si sobra algún alimento realizan un sorteo entre los presentes para que puedan llevarse hasta su casa.
Sandra tiene dos hijos: Rodrigo y Franco. Ellos son su sostén. La acompañan en cada paso que da. Uno es portero de una escuela, mientras que otro agente penitenciario. “Gracias a ellos puedo continuar con esta tarea solidaria”, sostiene.
En el caso de ganar el premio de $100.000 que ofrece el concurso Sanjuanino Solidario, la mujer comprará bancos para el comedor y también provisiones de alimentos para tener en el futuro. Lo que principalmente le hace falta es carne y pan.
“Quiero ganar para poder seguir con esta tarea”, concluyó.