Santiago Nieto y el legado que trascendió las fronteras del barrio

Sus helados forman parte del momento del postre de algún encuentro familiar o de ese “gustito” especial ahora que empiezan los días lindos. Detrás de esos rituales cotidianos está Santiago Nieto, Maestro Heladero de la reconocida Portho Gelatto, la empresa familiar que ganó su espacio en la comunidad sanjuanina y que ya es todo un sello en lo que a helados se refiere.

Su historia está teñida por el legado familiar, cuando a mediados de los ‘90 sus papás quedan desocupados y la necesidad llevó a la búsqueda de un Plan B para subsistir. Allí surgió lo de la reventa de helados en su hogar del Barrio Camus. En el proceso participa toda la familia incorporando incluso un sistema que resultó innovador para la venta del producto: Se tomaban los pedidos durante la semana, el sábado se preparaban los pedidos y el domingo se entregaban en domicilio.

“Mi papá lo hacía en el auto y yo muchas veces en bicicleta, al cabo de un año ya lográbamos como 300 pedidos y resultó imposible ya solo pensar en un negocio con un freezer, una balanza y una cuchara”, recordó. En el 99 su papá viaja a Buenos Aires y paga un curso a un italiano para aprender a hacer helados; posteriormente con un crédito del CFI, compra la mejor máquina de helados del momento. A fines de ese año la heladería ya se consolida como Portho Gelatto, porque significó el salto de ser revendedores a productores de helado.

En los años posteriores llegaron varios cambios, como la innovación en sabores, la primera franquicia en la YPF de Libertador y San Miguel y luego la primera sucursal por lateral de Circunvalación. Un camino que inevitablemente condujo a Santiago a realizar en 2005 su primer curso de heladero y a partir de allí, ser el miembro de la familia que hoy se ocupa de la producción y el abastecimiento. “Me gusta el contacto directo con el producto, crear, y creo que los años detrás del mostrador también me marcaron, viendo en la cara de la gente el disfrute que les producía el helado”, recordó. Fernando Nieto, su hermano, se hizo cargo de la parte contable, y juntos toman la posta de dar inicio a la heladería como empresa familiar.

La ruta del heladero

Su capacitación profesional lo llevó a comenzar a participar en diferentes certámenes del rubro. En 2013 logró el tercer puesto en la Copa Argentina del Helado Artesanal y dos años más tarde, lo concretó junto a su papá. En 2017 participó en el Gelato World Tour Challenger Argentina, con la elaboración de un helado de membrillo, con jarilla, vino Torrontés y pistachos. “Fue nuestro modo de poner el sello con productos sanjuaninos, incluso llevamos la planta de jarrilla a la que nadie conocía y con la que hicimos la infusión, siempre tratamos de tener nuestra impronta local”, dijo Santiago

Esta participación les valió el pase en la Gelato World Tour Rimini, en el norte de Italia, en donde de 36 equipos de todo el mundo, lograron el puesto 14. En 2019 obtuvo el primer lugar de la “Copa Argentina del Helado Artesanal” junto a su hermano Fernando.

Su experiencia sirvió para que este año conformara el seleccionado argentino de Heladeros Artesanales y participara de la quinta edición de la copa Latinoamericana del Helado Artesanal.

El cuarteto ganador de la Copa Latinoamericana del Helado Artesanal en junio de este año.

En el certamen logró el primer puesto junto al equipo conformado por Eduardo Zacaria, capitán; Rubén Darre, cheff, artista y escultor en hielo; y Lucas Carballo, pastelero especialista en caramelo.

Participar de este certamen significó 30 horas de trabajo y el desarrollo de una carpeta de productos que consistió en: Una torta, un plato salado, un petit food, una copa helada, una “Mistery Box” (es un ingrediente secreto que descubren ese día), escultura de hielo y escultura de caramelo.

El despliegue en la Latinoamericana sacó el ticket para que otra vez y en enero de 2024, Santiago vuelva a Riminí al Mundial del Helado. “Ganar este mundial es mi desafío profesional y definitivamente personal, porque es la capital mundial del helado artesanal y por lo que el helado artesanal significa en mi vida, esta es mi ilusión”, confesó.

El presente de la empresa

Según Santiago Nieto, el desafío de la empresa es no dejar de crecer y es por eso que se baraja la posibilidad de que la firma llegue con franquicias a otras provincias del país e incluso también en el exterior. “Es todo muy incipiente, se están analizando propuestas con inversionistas, pero definitivamente es algo que queremos lograr con nuestra marca”, adelantó. Por otra parte, el anhelo es culminar con la fábrica de helados de la empresa, cuya estructura central funciona en el Barrio Camus y el resto en Santa Lucía. La pandemia y todo su impacto, retrasó una obra que ya lleva cuatro años pero que esperan culminar cuanto antes, ya que será un salto cuantitativo para la empresa.

Actualmente la empresa produce cerca de 30 mil kilos de helado mensuales, tiene once locales repartidos entre Capital, Trinidad, Santa Lucía y Rivadavia. También se hacen actividades de Rsponsabilidad Social Empresaria (RSE), entre ellas una práctica que ya se convirtió en un clásico, que es el de repartir vasitos de helado gratis, cuando inicia la temporada escolar y con el fin del verano. Se hace desde el 2015 y bajo el nombre de “Día Portho” ya se han entregado más de 7 mil vasitos a los chicos de las escuelas, ya que se reparten en los semáforos cercanos a los establecimientos educativos. Una manera de rememorar el tiempo en el que Ricardo Nieto, repartía helado gratuito a chicos de escasos recursos que se acercaban a la heladería.

El Dato