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Toque de queda y estrategias: los cardenales, entre lo sagrado y lo humano en el Vaticano
Mientras los cardenales se instalan en la residencia Santa Marta bajo estrictas normas protocolares, el Vaticano vive los días previos al Cónclave que definirá el sucesor del Papa Francisco.
POR REDACCIÓN
El Vaticano se prepara para recibir a los 125 cardenales electores que participarán en el Cónclave convocado para el 7 de mayo, en un proceso que determinará al sucesor del papa Francisco. Mientras Roma se llena de expectativa, los purpurados comienzan a establecerse en la residencia Santa Marta, donde compartirán alojamiento bajo estrictas normas protocolares.
La asignación de habitaciones se realiza mediante sorteo, un mecanismo diseñado para garantizar imparcialidad y evitar preferencias entre los participantes. Este sistema, explicado por el arzobispo Ignazio Sanna, forma parte de las medidas que buscan mantener la equidad durante el proceso. La vida en Santa Marta combina momentos de recogimiento espiritual con encuentros informales donde los cardenales intercambian impresiones sobre el futuro de la Iglesia.
Entre las anécdotas que ya circulan en los círculos vaticanos, destaca el caso de un cardenal que consumió por completo el contenido del minibar de su habitación sin saber que los productos tenían costo adicional. El incidente, relatado con humor por el arzobispo retirado Anselmo Pecorari, ilustra el proceso de adaptación que viven algunos participantes.
Las jornadas previas al cónclave siguen un estricto calendario. Por las mañanas, los cardenales asisten a las Congregaciones Generales en el Aula Pablo VI y participan en misas solemnes. Por las tardes, algunos aprovechan para visitar establecimientos cercanos como el Caffè dei Papi o restaurantes tradicionales, espacios donde las conversaciones sobre el futuro pontífice se desarrollan en un ambiente más distendido.
El toque de queda establecido para las 22.30 horas obliga a los participantes a regresar puntualmente a la residencia. Pecorari relató cómo él y el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, tuvieron que apresurarse después de una cena para llegar a tiempo y evitar tener que dar explicaciones a la Guardia Suiza.
Mientras tanto, las especulaciones sobre posibles candidatos continúan. La presencia del cardenal Angelo Becciu, condenado recientemente por malversación, genera controversia entre algunos sectores que piden su exclusión del proceso. Por otro lado, nombres como los del canadiense Marc Ouellet y el italiano Pietro Parolin aparecen con frecuencia en las predicciones.
El ambiente en Roma mezcla la solemnidad del proceso con detalles cotidianos que humanizan a sus protagonistas. Desde cardenales sorprendidos pidiendo helado en la tradicional Latteria Giuliani hasta partidos de tenis interrumpidos estratégicamente, estos días previos al Cónclave muestran el lado más humano de una institución que se prepara para un momento histórico.