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Nuevas lluvias complicaron la situación en los asentamientos La Paz y Pellegrini

Después de una semana de la tormenta que anegó los terrenos en La Bebida, el agua volvió a inundar las precarias casas de adobe y nylon.

POR REDACCIÓN

14 de enero de 2019

A una semana de la fuerte tormenta de lluvia y granizo que anegó los asentamientos La Paz y Pellegrini, en La Bebida, Rivadavia, el tiempo volvió a jugarles una mala pasada a los vecinos, muchos de los cuales ya habían quedado en la calle tras la pérdida de las precarias viviendas que se inundaron el domingo pasado.

Durante la madrugada de este lunes, la tormenta reapareció con fuerza sobre las frágiles e improvisadas casas de adobe, caña y nylons. En total, entre los dos asentamientos, casi 300 familias, entre los que se cuentan unos 400 niños, quedaron anegadas entre el barro, el agua y los ranchos caídos.

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DIARIO HUARPE llegó hasta el lugar y dialogó con algunos vecinos que contaron la desesperante situación que están viviendo, además de pedirles ayuda a las autoridades.

“Yo vivo sobre Pellegrini. Estamos todos los habitantes del asentamiento sufriendo la lluvia. A una semana de la inundación seguimos igual, con las casas caídas y viviendo en la calle, ¿cómo puede ser?”, se preguntó Micaela Vega.

Además, relató cómo están enfrentando la inundación mientras no dejan de mirar el encapotado cielo rogando que no vuelva a llover.

“Hemos hecho un refugio con nylons y chapas para la gente que se quedó sin casa. Entre todos los vecinos nos organizamos así, estamos hospedando a los chicos en el refugio, pero con una lluvia más se termina de caer todo. No tenemos electricidad, no hay agua, no tenemos baños. Hay muchas chicas embarazadas y niños que se están enfermando”, insistió.

Otra habitante del asentamiento, Alejandra, describió el momento como “peor” que con la primera lluvia. “Las casas se siguen cayendo, sigue lloviendo y tenemos toda la gente en la calle. Hay mujeres embarazadas y personas con discapacidad que necesitan una solución. Nos han prometido tierra para nivelar el terreno, pero seguimos esperando sin comida”, agregó.

Finalmente, Emanuel González sumó que “los ranchos se siguen cayendo. De vez en cuando recibimos nylons, mercadería y ropa, pero queremos casas. Si sigue lloviendo vamos a seguir estando en la misma”.

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