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El papa Francisco almorzó con los presos en una cárcel de Milán
Entre los comensales había una argentina. Dormirá la siesta en una celda y luego encabezará una misa ante unas 70.000 personas.
POR REDACCIÓN
Al mediodía, el papa Francisco visitó la cárcel de San Vittore, donde almorzó con unos cien detenidos, entre ellos, una argentina.
Según fuentes oficiales, la argentina Mónica Méndez formó parte del grupo de reclusos que almorzó con Francisco un menú típico del norte italiano, “risotto, cotoletta y panna cotta” en la cárcel de las afueras de Milán.
En el lugar, donde el 67% de los detenidos es extranjero según cita el periódico italiano Avvenire, también almorzaron con Francisco una ciudadana chilena y una ecuatoriana.
Antes de la comida, Francisco se encontró con 80 reclusos en el patio de la prisión, donde recibió sus cartas y regalos y entró en algunas celdas, en la primera visita de un Pontífice a la prisión milanesa en funcionamientos desde 1879.
Tras el almuerzo, tendrá un descanso de treinta minutos en la celda normalmente usada por el capellán. Un gesto inédito y que refleja su deseo de estar y dar alivio a las capas más desfavorecidas de la sociedad.
Otro gesto inédito
Francisco volvió a sorprender hoy con otro gesto inédito: utilizó un baño químico colocado fuera de una casa de acogida de la periferia de Milán, primera etapa de su visita de ocho horas a la ciudad del norte de Italia.
Si bien el Papa suele salirse de los programas, nadie esperaba esta escena, por lo que decenas de fieles quisieron inmortalizar con su celular el inédito momento.