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"Así no, señor Presidente", el discurso de José Claudio Escribano en los Premios Adepa

Los Premios Adepa al Periodismo destacaron el impacto de la actividad en un contexto de transformación tecnológica y desafíos políticos, premiando a lo mejor de entre 1.617 trabajos evaluados por jurados independientes.

POR REDACCIÓN

11 de diciembre de 2024

La entrega de los Premios Adepa al Periodismo 2024 se llevó a cabo en un contexto marcado por cambios globales y el impacto de la revolución tecnológica en el periodismo. La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas distinguió trabajos destacados en 23 categorías, seleccionados entre 1.617 presentados, reafirmando su compromiso con la calidad y la independencia profesional.

El evento reunió a referentes del periodismo, quienes reflexionaron sobre los retos que enfrenta el oficio en un escenario de cambios políticos, sociales y tecnológicos. Los jurados, reconocidos por su trayectoria y neutralidad, evaluaron los trabajos exclusivamente en base a criterios de profesionalismo, sin considerar las posturas expresadas en los mismos.

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Ante distinguida ceremonia, el doctor José Claudio Escribano habló respecto al panorama actual que se enfrentan los periodistas: "Haré una revelación en consonancia con los tiempos que corren. Haré notar que la defensa de esos principios rige aquí hasta el punto de haber determinado, años atrás, que perdiéramos como patrocinante de la categoría referida a la Niñez y la Adolescencia a una entidad actuante en la órbita de las Naciones Unidas. Pretendieron que excluyéramos como jurado a una catedrática prestigiosa. La impugnaban por desempeñarse en la Universidad Católica Argentina"

De esta manera, el profesional siguió diciendo "Rechazamos el prejuicio de que un jurado proveniente de la casa donde se realiza este acto pudiera eventualmente votar en favor de artículos que desplegaran posiciones contrarias al aborto, o de naturaleza afín, en cuestiones concernientes a la vida. Lamentamos que no se quisiera entender que los Premios Adepa conciernen estrictamente a la calidad periodística de lo que se evalúa y no a las opiniones que se emiten. Preferimos que se resintiera una relación en tantos otros sentidos valiosa, y que había reafirmado la legitimación internacional de Adepa en sesenta y dos años de existencia, antes de sucumbir a políticas de cancelación, que explican parte del estado social de hartazgo". 

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No hay prácticamente una disciplina que haya quedado fuera de las premiaciones de hoy después de haberse realizado la selección sobre más de 1600 trabajos: desde una investigación sobre conductas en la justicia, personalizadas en el juez Ariel Lijo como “El hombre araña y su red de contactos” -o sea, la “casta” de la “casta”-, a “Los muertos de Putin”, el grooming como acoso a menores por medios digitales o los negociados con la impresión de votos. El hecho de que varias de las obras galardonadas vengan de sitios digitales nativos refleja la actualización de Adepa, en la que conviven los antiguos asociados del periodismo gráfico y los hijos directos de la revolución tecnológica que no se detiene en asombrarnos con más conquistas.

La revolución tecnológica ha hecho mella en la estratificación de viejas categorías del ordenamiento político, social y cultural, pero a veces se actúa como si nada de nuevo ocurriera. Insistimos con expectativas que desconocen una realidad en permanente mutación. Es una revolución de la que han sacado provecho las sociedades y, en particular, las nuevas generaciones. 

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Con respecto al periodismo actual, Escribano dijo, "en su atolondramiento, muchos han supuesto que cualquier improvisado, utilizando en las redes sociales un lenguaje primario y, a menudo, onomatopéyico, pudiera reemplazar al periodismo profesional enriquecido en las últimas décadas por una pléyade de chicos y muchachas con estudios terciarios. Aquello es tan poco serio como confiar la salud a un aprendiz de chamán, en lugar de llamar al médico. Veremos en qué termina todo esto, pero si hubiera una pausa en lo que Stendhal observaría como el lienzo de un teatro de operaciones militares, tomaríamos en cuenta dos escenas inmediatas".

Sobre el Gobierno actual, explicó que: "El cambio de época procura asentarse en una democracia desmedrada por la corrupción y la ineficiencia. Lo hace con las mismas instituciones que infirieron la fatiga social que se registró en las urnas en noviembre de 2023, y no por imperio de una revolución que habría hecho trizas de lo preexistente".

"Conviven así el nuevo régimen y el régimen renuente a retirarse, que se perdería en el olvido si el cambio triunfara en toda la línea. Ahí están, en el centro de la lidia, figuras como las de Milei y Cristina Kirchner, trapicheando intereses subalternos, mientras se avanza tropezosamente hacia una transformación económica y social, y de orden público, que debería perdurar". Las negociaciones solapadas, el sigilo de los actores y la decepción por lo sucedido con la ley de “Ficha limpia”, nos han despertado del sueño sobre vientos que traerían ya mismo una atmósfera más diáfana a la República. El resultado de todo esto precipita una situación extraña. Un gobierno con críticos que estarían dispuestos a votar a mano alzada un elevado porcentaje de sus propuestas, pero que se rebelan ante el lenguaje soez y la catarata inaudita de insultos que bajan de las altas cumbres del poder. Así no, señor Presidente".

Por consiguiente, en las críticas al jefe de Estado dijo que "Las formas cuentan más de lo que usted dice y gobernar no es emular a barras bravas. Usted ha propendido a infamar al periodismo con la exclusión de un '15%' del que no sabemos en qué estadística fehaciente se fundamenta. Contrastamos esos cálculos con la probada austeridad y decencia de cientos y cientos de colegas, acaso miles, que hemos conocido en el desenvolvimiento del oficio, generación tras generación. Algunos, entre los más veteranos, prolongan sus vidas como jubilados con retribuciones que han reflejado la estafa histórica que comenzó en 1952 cuando Perón se apoderó de los fondos previsionales y los sustituyó por obligaciones a largo plazo con intereses menores que la inflación".

Ante el dilema que Javier Milei mostró desde el inicio de su gestión con el trabajo de los periodistas, Escribano expresó que "Ha llegado la hora de que el señor Presidente distinga quién es quién en el periodismo antes de enredarse en descalificaciones generalizadas, impropias de cualquier jerarquía. Si se disciplina en el ejercicio del trato personal, de valor intransferible, y en el diálogo, al que en ninguna circunstancia puede renunciarse por rencor o resentimiento, habrá avanzado en la dirección correcta. Los agravios prescriben en aras de la confianza mutua entre argentinos, que es hoy un pobre capital social en el país".

"No hay actividad pública o privada libre de traspiés. También sucede en la nuestra, concentrada en la difusión y comentarios sobre toda índole de informaciones y conocimientos. Hoy, estamos con frecuencia más subordinados que en el pasado a la repercusión masiva de lo que se narra, que a privilegiar la importancia de las novedades por la sustancia real de lo que revelan. ¿Quién puede de otra forma explicar que en los medios se haya exacerbado hasta el cansancio la candorosa emotividad popular, en lugar de haberse aplicado el rigor y la sobria evaluación profesional para predicar que un redivivo Juan Manual Fangio volaba ya, efectivamente, por las pistas de Fórmula 1?", continuó. 

"No somos influencers ni ejercemos el arte de la publicidad, propio de ámbitos no menos respetables, pero no nuestro. Si el periodismo argentino tiene la relevancia internacional que acredita desde hace más de cien años ha sido por la coherencia que ha preservado con su razón de ser, tan asociada a la democracia republicana y a las manifestaciones más nobles de la cultura", finalizó el discurso de Escribano en los Premios Adepa.

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