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Bocinazos, doble fila y pocos lugares para estacionar: así es la salida de las escuelas céntricas de San Juan
Los establecimientos escolares, los estacionamientos y el tránsito vehicular tienen una extensa relación en la que los perjudicados son ellos mismos. La situación actual y las posibles soluciones.
POR REDACCIÓN
Hace dos meses que comenzaron las clases en San Juan y, como todos los años, la problemática de los estacionamientos y la cantidad de vehículos en las zonas donde se encuentran diferentes escuelas se hizo presente. El malestar de quienes se encargan de ir a buscar a los estudiantes, también persiste. Ante esta situación, DIARIO HUARPE salió a hacer un relevamiento en las entradas y salidas de los alumnos en las escuelas más céntricas de la provincia, que siempre generaron desorden en las calles sanjuaninas.
Uno de ellos es el Colegio Dante Alighieri, ubicado en la avenida José Ignacio de la Roza entre las calles Juez Ramón Díaz y Urquiza. Esta institución está en un punto bastante céntrico de la capital sanjuanina, en el que hay mucho tráfico. Esto, sumado a la cantidad de alumnos que allí asisten, genera situaciones de descontrol en el tráfico.
Algunos de los encargados de buscar a los chicos a los chicos y chicas del establecimiento estacionan en doble fila e intentan quedarse, para lograr retirarlos sin bajarse del vehículo.
Sin embargo, ante el accionar de los monitores urbanos que se encuentran en la escuela trabajando en el tránsito, algunos padres y padres deciden estacionar en otras zonas. Es que, gracias a la insistencia del personal que se encarga de esta situación, se pudo comenzar con el camino de la educación vial.
Claudia Caballero, monitora urbana de la Municipalidad de Capital, comentó a DIARIO HUARPE que, por suerte, muchos de los padres y madres pudieron aprender en dónde estacionarse y cómo manejarse en el tránsito. Si bien el tema del estacionamiento en doble fila sigue sucediendo, la educación y el control lograron aliviar sensiblemente el problema.
La antítesis de este contexto es el Colegio Central Universitario Mariano Moreno, que se localiza también en la avenida Ignacio de la Roza, entre calles Alvear y Ameghino. Como no hay monitores urbanos, los vehículos se estacionan en doble fila, generando un caos.
Este establecimiento tiene doble horario, uno en la mañana y otro en la tarde. Por lo tanto, cuando un turno sale, generalmente el otro está entrando. El tránsito vehicular es doble y, a esto, se le suman las paradas de colectivos. Es que una de las paradas de la avenida Ignacio de la Roza está justo en la puerta del colegio.
De esta manera, la suma de los autos y otro tipo de vehículos, con las ubicaciones de las paradas, producen una concentración que, a veces dificulta el día a día a los alumnos. Es ahí cuando entra en escena el guardia de la escuela, quien intercede en las situaciones diarias. Es más, a veces ayuda a los chicos más chicos a cruzar la calle.
También en la avenida Ignacio de la Roza, pero esta vez entre lateral de Circunvalación y calle Del Bono, el Colegio Fray Mamerto Esquiú es otro de los establecimientos con problemáticas en el estacionamiento. Es que, con la cantidad de chicos que asisten a esa escuela, más el tránsito mismo de la calle, que es una de las principales arterias que conecta el norte con el sur de la provincia, realmente complica el tránsito.
Sin embargo, aquí el accionar de los monitores urbanos también es fundamental. Los familiares ya no intentan estacionar en doble fila, ya que la advertencia de los trabajadores de esta área es tal, que “aprendieron” a comportarse en relación al tránsito. Si alguien intenta hacerlo, los trabajadores del Estacionamiento Controlado (ECO) advierten el mal accionar y piden cumplan las reglas del tránsito.
El trabajo de los monitores urbanos, una labor fundamental
De la mano de la Municipalidad de la Capital, el Programa de Ordenamiento de Tránsito en Espacio para Ascenso y Descenso de Escolares y de Transportes Escolares comenzó a fines del año 2016. Al principio, el accionar arrancó con pocas escuelas. El objetivo principal es y era el de proteger la seguridad de los y las estudiantes que asisten a diferentes establecimientos escolares del departamento.
DIARIO HUARPE habló con Gustavo Venteo, subdirector del ECO, organismo encargado del programa, quien comentó que son actualmente 21 las escuelas que cuentan con el servicio.
En este sentido, el funcionario explicó que el servicio se ofrece a demanda. Es decir, los establecimientos piden, a través de una nota, contar con monitores urbanos ordenando el tránsito en los frentes de las escuelas.
Venteo dijo que, a partir de esa petición, desde el ECO evalúan la situación de cada escuela y, dependiendo de los recursos con los que cuentan, deciden si implementar el servicio o no.
Con respecto al trabajo de los monitores urbanos, quienes actualmente son unos 80, se busca ordenar tanto el tránsito como así también guiar a los peatones y detener los vehículos para que los chicos crucen la calle con el menor riesgo posible.
Respecto a esto, Caballero manifestó que la prioridad en el estacionamiento es de los transportes escolares. A su vez, planteó que guardan los lugares para los padres de chicos con discapacidad.
“Una vez que ese papá o mamá nos avisa que ya buscó a su hijo, liberamos el espacio y lo ocupamos con otro padre”
El subdirector del ECO aseguró que la decisión de cada uno de los monitores urbanos está respaldada por ellos como organización y organismo y que se fundamenta en las diferentes capacitaciones que tienen antes de empezar a trabajar.
“Los monitores urbanos reciben capacitaciones constantes de prevención vial y ciudadana, antes de empezar a trabajar y mientras se desempeñan”
El objetivo del ECO con este programa es poder continuar con el trabajo en los establecimientos y contar con más recursos para llegar a más escuelas. En este sentido, Venteo sostuvo que si no pueden enviar el servicio a una institución en el futuro cercano, lo que hacen es ir y mejorar cartelería y señalización vertical/horizontal.