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Provinciales > En Buenos Aires

Destacan una variedad de sandias sanjuaninas pequeñas y sin semilla

En un artículo de diario Clarín relata la historia de un grupo de productores locales que invirtieron para lograr producir un fruto de calidad premium. 

POR REDACCIÓN

10 de febrero de 2020

Todos los que alguna vez compraron una sandía y vieron invadido el estante de su heladera con el gran fruto que no deja de perder jugo y termina ensuciando todo, saben de la conveniencia de que la sandía sea más chica. Ni hablar si la fruta en cuestión es bien dulce y no tiene semillas. Pues bien un sanjuanino se dedicó a la producción de sandias de no más de 5 kilos que de a poco se están haciendo conocidas a nivel nacional.

Fue así que el trabajo de Marcelo Ferrer llegó al suplemento Rural de diario Clarín. En una nota firmada por Juan Martínez Dodda, el sanjuanino destaca las bondades de su producción y destaca que de a poco está llegando con su producto a diferentes mercados. 

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Ferrer es propietario de la finca Don Domingo, de la empresa San Juan Agro. “San Juan es una zona muy propicia para lograr azúcares, por el sol y las pocas probabilidades de lluvias, los suelos son francos, en algunos lugares más arcillosos, en otros más arenosos”, explicó el productor que además de sandias, trabaja con melones, ciruelas, zanahorias, cebolla y tomates.

Sobre la sandias que produce, Ferrer explicó que cada una “pesa 4-5 kilos en vez de 15-20, tiene poca cáscara, es bien dulce y es ideal para el consumo en hogares, ya que el consumidor se lleva una fruta más maniobrable y no tiene que lidiar con un cuarto o una mitad de sandía que siempre es incómoda en la heladera”.

Ferrer explicó que hace poco que vende está variedad de sandia, pero aclaró que espera alcanzar un buen precio, porque “tiene más costos de producción y embalaje que la sandía común que se vende a granel, esta se vende en cajones con viruta, bien cuidada”.

Sobre el proceso para obtener esta sandia sin semilla explicó que es "un híbrido obtenido a partir de la polinización natural con un macho, se hacen tres plantines con hembras sin semilla y un polinizador muy pequeño de tres kilos, que sí tiene semilla, de ese cruzamiento sale la variedad sin semillas”.

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Al referirse al mercado, Ferrer apuntó que “hoy hay más oferta que demanda, y los precios son una preocupación”. “Es verdad que Argentina siempre fue más de consumir melón que sandía y que estamos en temporada alta, pero la demanda se ha ido cayendo un poco y tenemos que buscar alternativas para reflotarla, la sandía pequeña sin semilla es un camino, pero nos falta más promoción, marketing”, reconoció el productor, que contó que en Europa, esta variedad (allá se llama “fashion”) “ya es reconocida y ha ganado mucho mercado”.

Si bien venden parte en la provincia, otra parte de la producción va en flete hasta el Mercado de Buenos Aires o Mar del Plata. “La campaña viene complicada por los altos costos de insumos, a lo que se suman los costos que tenemos para llegar a esos centros de distribución”, apuntó.

Un cajón de 18 kilos de sandía se paga al llegar al mercado unos 300 pesos, pero Ferrer advirtió que para llevarla hasta allí tiene unos 170 pesos de costo, a lo que hay que agregarle los costos de producción: semilla, riego, fertilizante, plantines, etc. “Con este número, no queda casi nada para el productor”, dijo.

 

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